CRÓNICA

O Vinteún volvió a los años 40

La Feira do 21 ha llegado para quedarse y así lo demuestra la afluencia de gente que congregó en esta primera edición tras más de medio siglo sin celebrarse. Los años 40 tomaron el barrio por espacio de 24 horas.

La Feira do 21 se puso ayer -tras más de medio siglo de ausencia- de tiros largos y llenó los alrededores de la plaza Diego González Blanco con casetas de comida, viejos oficios y juegos populares, recorridos por una riada de gente, entre sorprendida y entusiasmada de ver tanto trasiego en un vial habitualmente tranquilo y todos con una frase en la boca ante el éxito de la propuesta: "El próximo 21 otra vez, ¿no?".

Esa es la intención de los organizadores, según confirma uno de ellos, Manuel Mosquera, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales Limiar: "Pretendemos que se repita el 21 de cada mes, pero hay que ir paso a paso, ésta ha sido la primera piedra y el año que viene queremos repetir". Seguramente ocupando ya un fin de semana que se corresponda con un 21 de mes. "Hay cuatro el año que viene", avanza Mosquera.

De momento, en este sábado 21 de octubre de 2017 se recuperó aquella tradicional feria nacida a finales del siglo XIX gracias a la reunión en este entorno de un grupo de tratantes de ganado, pasando después -nada más inaugurar el siglo pasado- a oficializarse al cobrar tasas para participar en ella y quedándose en el olvido desde finales de los años 40, tras varios cambios de ubicación que la desvirtuaron e incluso hicieron cruzar el puente a esta cita ferial, ubicándola en Os Remedios.

Durante la jornada de ayer, se volvieron a ver los viejos oficios de aquellos años 20, 30 y 40 del siglo pasado, desde el barbero a pie de calle al cantero, el afilador o el tratante de cuero.

No faltaron los juegos populares, con los que disfrutaron los más pequeños, ni los productos con denominación de origen, desde los quesos a la bica de Manzaneda. Y los vehículos de época, entre los que destacaba un camión de la empresa Transportes Montes, "un Ebro modelo B 45 del año 62 que circulaba por el barrio de O Vinteún -por estas mismas calles- transportando licores La Molinera", explica su propietario, Jaime Montes, que no para de abrir la puerta del vehículo para que se fotografíe la gente.

Es una de las múltiples fotos que los visitantes se han hecho para su particular álbum de una feria irrepetible; bueno, no, que pretende repetirse cada día 21 del mes. De momento, el entremés gustó.

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