Palcos de música

Zarracós, un ejemplo vivo con un mural basado en una foto

Palco situado en Zarracós,
photo_camera Palco situado en Zarracós,

Un estudio ha catalogado 35 palcos de fiestas construidos desde 1970 en la provincia de Ourense

El proyecto de investigación sobre los palcos musicales que forman parte de la memoria más festiva de Galicia entra ahora en su segunda fase. Para ella, el equipo seleccionará unos pocos casos concretos. “No podemos centrarnos en todos. Son muchos y no tenemos tiempo. Elegiremos unos pocos que llamen la atención, que tengan algo especial para estudiarlos más a fondo y ver metodologías de cambio en las dinámicas de las fiestas de Galicia”, señala Fátima Rodríguez.

Entre las cuestiones que se plantearán en esta segunda fase se encuentran el análisis de los materiales que se usaban, la posible influencia de la emigración en algún caso o encontrar la causa del porqué en algunas zonas hay muchos más que en otras. “También queremos ver y analizar quién los construía, quién los pagaba y cómo cambió la música y la acústica en función de cómo se construían estos lugares. La idea es elegir cuatro o cinco casos diferentes entre sí  y ver los modelos de hacer fiesta”, señala Rodríguez.

Y en esta selección ha entrado por pleno derecho un palco ourensano: el de la parroquia de Zarracós. “Nos llamó la atención que se siga utilizando, que lo reformaran y que pintaran un mural basándose en una fotografía antigua que tenían en la biblioteca. Además, hacen talleres, obras de teatro, proyectan cine y hasta han creado un punto de biblioteca. Hablamos mucho con ellos y nos parece muy interesante su labor. Es un palco vivo en su totalidad”, comenta Fátima Rodríguez.

La parte sentimental

Destaca además que “cuando empecé en el proyecto me llamó la atención porque se le sigue dando mucha importancia y tiene un mantenimiento”, e incide en la parte sentimental de estas construcciones: “Los palcos los construyen los vecinos y a lo mejor para alguien de fuera no tiene mucho valor, pero para la comunidad sí, y no quiere que el palco se destruya o se descuide”.

Por eso, explica, en muchos casos ha habido situaciones de conflicto. “En otros tiempos los palcos se construían de forma poco legal. Y en algunos sitios los Concellos han decidido tirarlos, a lo que los vecinos se han negado y eso ha generado conflictos”. Y es que esos palcos, algunos ya en el olvido, forman parte de la memoria sentimental.

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