CELANOVA

Los cementerios del Neolítico

15.03.15.BANDE.MONTES.DE.LEBOREIRO.XACEMENTO.MEGALITICO.
photo_camera David Álvarez y Celso Barba junto al panel informativo, al fondo, el dólmen de "A Mota", en los terrenos del comunal de Corvelle (Bande).

La puesta en valor del túmulo neolítico de A Mota, en los montes de Bande, permite iniciar una interesante ruta por los cementerios del neolítico, datados entre los años 5.000 y 3.000 antes de Cristo, en la sierra del Leboreiro. 

Los vecinos de Corbelle, en el concello de Bande, han sido los primeros -pero no los únicos- en disfrutar de una singular área recreativa en mitad de su comunal. El motivo de tan insólita ubicación es la puesta en valor del túmulo neolítico (mámoa) de "A Mota", un montículo de tierra que cubre un dolmen funerario de hace unos 6.000 años, que han liderado los arqueólogos David Pérez y Celso Barba. "A mámoa estaba inventariada dende os anos 80 do século pasado, pero a documentación que había era moi básica, polo que presentamos un proxecto ao Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, e logramos unha subvención para a súa posta en valor", explica Pérez, que además de la intervención sobre el terreno, ha llevado a cabo las investigaciones arqueológicas para documentar el monumento prehistórico y todo su entorno.

Libre de los "piñeiros" y "carballos" que durante años crecieron en su cima, la mámoa parece una montaña "é das máis grandes de Galicia. Unha mámoa normal, o 90% das que se documentan, poden ter 12 metros de diámetro. Aquí tes 40 e pico. E normalmente levantan sobre un metro sobre o chan e aquí ves 3,5 metros e porque está colmatada na parte superior porque ten violación. Senón sería máis impoñente", asegura Celso Barba, que ya en 2013 fue artífice junto a Pérez, de la incorporación al patrimonio visitable de Bande de la "Mámoa da Portela do Arnedo", al pasar el alto de O Vieiro.

Accesible por dentro

La implicación y colaboración de los vecinos de Corbelle, titulares del monte en el que se ubica el túmulo, ha sido clave para poder desarrollar el proyecto. "Enfocamos a actuación para recuperar o túmulo e crear no espazo unha área recreativa para que veñan grupos e colexios", explican los arqueólogos, autores de los trípticos y del panel explicativo que relata la vida de los galaicos que entre los años 5.000 y 3.000 antes de Cristo habitaron estas tierras, ricas para el cultivo y la ganadería. "Dentro estaría a cámara funeraria, o dolmen. A miña ilusión de toda a vida é, nun futuro, poder escavala e deixar a metade á vista para que a xente poida entrar e ver como era por dentro. Pero para iso fai falta implicar a moita xente", confiesa Pérez.

Con todo, las impresionantes dimensiones del túmulo y su entorno inmediato, donde pastan libremente las vacas, algún que otro lobo y es feudo del águila real, lo convierten en el lugar idóneo para iniciar una ruta por los antiguos cementerios del megalítico.

No obstante, la pista de tierra que llega hasta "A Mota" desde Outeiro de Augas prosigue hacia la sierra do Leboreiro. Un itinerario que acumula decenas de mámoas, menhires prehistóricos y "foxos do lobo", y en la misma frontera con Portugal, se alza A Mota Grande (Verea), uno de los sepulcros de mayor dimensión de la geografía peninsular, con interesantes pinturas y grabados. "A serra ten moito potencial, moitísimo. A nivel megalítico, a que máis de Galicia", asegura Pérez que, con una envidia sana, comenta como los portugueses acaban de hacer una nueva actuación de puesta en valor con la recuperación de un dolmen que estaba tirado al lado de A Mota Grande.

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