En torno a un millón y medio de musulmanes que residen en España iniciaron ayer el mes de Ramadán, uno de los cinco preceptos del Islam (los otros cuatro son oración, limosna, peregrinación y confesión de la palabra de fe) por el que no podrán comer, beber, mantener relaciones sexuales, o hábitos como fumar desde el alba (5,17 horas) hasta la puesta del sol (9,33 horas).
En este sentido, el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), Riay Tatary, indicó que los musulmanes ya están 'acostumbrados' a ayunar en el mes de agosto pues en la vida de una persona el Ramadán puede caer en la misma época sólo dos veces de promedio. Esto se debe, según explicó, a que el calendario lunar, por el que se rigen, tiene 355 días, diez días menos que el solar.
Tatary señaló que el Ramadán recuerda la revelación del Corán y que, por ello, los musulmanes suelen leerlo entero en este noveno mes y acuden a la mezquita en las horas de la comida, 'en un ambiente acogedor y tranquilo' . 'El musulmán empieza a leer su parte del Corán, escucha una charla de un iman o de un invitado y hace la oración tercera. Después se marcha, descansa un poco y rompe el ayuno con su familia. Ya por la noche, vuelve a cumplir con la última oración y con la propia del Ramadán', precisó.
EXCLUIDOS DEL AYUNO
En cualquier caso, quedan excluidos del ayuno los menores de 14 años, las mujeres embarazadas, los ancianos, los enfermos y aquellas personas que debido a un trabajo muy duro puedan sufrir deshidratación. Además, Tatary apuntó que es 'una suerte' que este año el Ramadán coincida con el mes de agosto porque muchos musulmanes pudieron coger vacaciones para 'librarse de responsabilidades y dedicarse a la vida familiar y espiritual'.
Este año se celebra el primer Ramadán después de las revueltas en los países del norte de África. En este sentido, el presidente de la Ucide subrayó que todas las revueltas fueron 'pacíficas al cien por cien' y que en ellas se pide 'dignidad, libertad y justicia' y remarcó su 'rechazo a cualquier acto de violencia'. Insistió en que no se puede 'poner como excusa' que exista un Islam 'radical' porque, según destacó, el mundo árabe es 'muy sano', con más del 40% de la población musulmana menor de 25 años y con ganas de trabajar y de avanzar tanto ellos como la sociedad donde viven. 'Siempre apoyamos este movimiento pacífico en contra de cualquier acto de violencia, pero los que están actuando con violencia no son ellos sino el poder', concluyó.
Para este mes sagrado los países musulmanes, además, tomaron una serie de medidas especiales para frenar la habitual alza de los precios de los productos básicos en esta temporada. Aunque durante el ramadán deben abstenerse de comer, beber y fumar desde la salida hasta la puesta del sol (unas quince horas), el consumo de alimentos básicos paradójicamente aumenta. Y es que según las tradiciones los fieles rompen su ayuno con el 'iftar' y terminan el desayuno con el 'sohur'; dos comidas en las que se preparan platos típicos en los que se utiliza principalmente arroz, harina, azúcar y aceite, lo que provoca el aumento de la demanda y, por consiguiente, de su precio.
Tatary señaló que el Ramadán recuerda la revelación del Corán y que, por ello, los musulmanes suelen leerlo entero en este noveno mes y acuden a la mezquita en las horas de la comida, 'en un ambiente acogedor y tranquilo' . 'El musulmán empieza a leer su parte del Corán, escucha una charla de un iman o de un invitado y hace la oración tercera. Después se marcha, descansa un poco y rompe el ayuno con su familia. Ya por la noche, vuelve a cumplir con la última oración y con la propia del Ramadán', precisó.
EXCLUIDOS DEL AYUNO
En cualquier caso, quedan excluidos del ayuno los menores de 14 años, las mujeres embarazadas, los ancianos, los enfermos y aquellas personas que debido a un trabajo muy duro puedan sufrir deshidratación. Además, Tatary apuntó que es 'una suerte' que este año el Ramadán coincida con el mes de agosto porque muchos musulmanes pudieron coger vacaciones para 'librarse de responsabilidades y dedicarse a la vida familiar y espiritual'.
Este año se celebra el primer Ramadán después de las revueltas en los países del norte de África. En este sentido, el presidente de la Ucide subrayó que todas las revueltas fueron 'pacíficas al cien por cien' y que en ellas se pide 'dignidad, libertad y justicia' y remarcó su 'rechazo a cualquier acto de violencia'. Insistió en que no se puede 'poner como excusa' que exista un Islam 'radical' porque, según destacó, el mundo árabe es 'muy sano', con más del 40% de la población musulmana menor de 25 años y con ganas de trabajar y de avanzar tanto ellos como la sociedad donde viven. 'Siempre apoyamos este movimiento pacífico en contra de cualquier acto de violencia, pero los que están actuando con violencia no son ellos sino el poder', concluyó.
Para este mes sagrado los países musulmanes, además, tomaron una serie de medidas especiales para frenar la habitual alza de los precios de los productos básicos en esta temporada. Aunque durante el ramadán deben abstenerse de comer, beber y fumar desde la salida hasta la puesta del sol (unas quince horas), el consumo de alimentos básicos paradójicamente aumenta. Y es que según las tradiciones los fieles rompen su ayuno con el 'iftar' y terminan el desayuno con el 'sohur'; dos comidas en las que se preparan platos típicos en los que se utiliza principalmente arroz, harina, azúcar y aceite, lo que provoca el aumento de la demanda y, por consiguiente, de su precio.
