Pese a ser conocido únicamente por el descubrimiento del símbolo emblemático del Zoo de Barcelona, se trata de uno de los científicos catalanes más reconocidos

Muere el descubridor de Copito de Nieve, Jordi Sabater Pi

Imagen de archivo del etólogo Jordi Sabater Pi.
El etólogo Jordi Sabater Pi, uno de los científicos catalanes más reconocidos internacionalmente y descubridor del gorila Copito de Nieve, falleció en Barcelona a los 87 años, según informó hoy la Universitat de Barcelona (UB), donde era catedrático emérito. Tras conocer esta muerte, el alcalde de Barcelona aseguró que 'sabrán preservar el legado del científico'.
Sabater Pi inició su carrera en la etología y antropología por la vía autodidacta en su estancia en Guinea Ecuatorial entre los años 1940 y 1969, donde comenzó sus investigaciones de campo, que le llevaron a ser considerado una de las primeras autoridades mundiales en el estudio de primates en estado natural.

Su viaje a este país fue crucial para el desarrollo de su trayectoria profesional, ya que le permitió estudiar el comportamiento y costumbres de los indígenas y las características de diversas especies de animales autóctonos, descubriendo la rana gigante en las cascadas del río Mbia y la captura de un pájaro raro indicador de la miel.

EL DESCUBRIMIENTO DE COPITO DE NIEVE

A nivel popular, Sabater Pi era conocido por haber descubierto el gorila blanco Copito de Nieve, que se convirtió en símbolo emblemático del Zoo de Barcelona hasta su muerte en noviembre de 2003--. En 1966, un grupo de indígenas llevó al Centro de Ikunde a un pequeño gorila blanco, que fue trasladado al Zoo.

Para Sabater, que siempre consideró este descubrimiento 'una anécdota' dentro de su labor de investigación, su aportación más destacada fue el descubrimiento de las áreas culturales de los chimpancés, fruto del descubrimiento de unos bastones de unos 40 centímetros, algunos con escombrillas en las puntas, que mereció un artículo en la revista 'Nature'.

En 1958 fue contratado por el Zoo de Barcelona como conservador del Centro de Adaptación e Investigación de Ikunde, en Bata, lo que le permitió dedicarse en exclusiva a la labor de investigación. En 1969, coincidiendo con la independencia de Guinea Ecuatorial, salió del país y se instaló en Barcelona.

Tres años después recibió una beca de 'National Geographic' para continuar sus estudios sobre primates en Ruanda, donde estudió los gorilas de montaña junto a la zoóloga Dian Fossey. En 1976, se incorporó como profesor del Departamento de Psicología de la UB, donde introdujo por primera vez la etología.

Durante su trayectoria, utilizó el dibujo como herramienta indispensable, y en 2000 donó a la UB su archivo personal, que se ha integrado al fondo bibliográfico de este centro como 'Colección Sabater Pi'. Contiene dibujos, acuarelas y apuntes al natural, así como documentos manuscritos, fotografías, libros, revistas, epistolario profesional y objetos etnológicos.

Sabater Pi ha recibido durante su trayectoria galardones y doctores honoris causa como la Medalla de Oro al Mérito Científico del Ayuntamiento de Barcelona y la Narcís Monturiol y reconocido por la Universitat Autnoma de Barcelona y la Autónoma de Madrid.

BARCELONA PRESERVARA SU LEGADO

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, mostró su pésame al enterarse de la muerte del del investigador y afirmó en un comunicado que 'Barcelona sabrá preservar el legado del científico'. El alcalde destacó la pasión del científico por la docencia y la enseñanza y su 'dedicación para transmitir a las nuevas generaciones los valores de respeto y conservación que se merece la naturaleza'.

Por su parte, una de las conservadoras de primates del Zoo de Barcelona que trabajó durante años con Sabater Pi, Maria Teresa Abelló, señaló el 'referente' para todos que supuso su ejemplo, y la 'tristeza' que conlleva su muerte.

Abelló recordó una anécdota que se produjo al llegar ella como voluntaria y estudiante de Biología a las dependencias del zoo, que refleja el carácter del etólogo. Sabater le dijo que antes de nada debía leer el libro de George Shaller, considerado el abecé de los gorilas a principios de los 80, y que cuando lo hiciera podía volver y entonces hablarían. 'Era el referente que teníamos que seguir', apuntó.

'Siempre pidió a sus colaboradores un nivel muy alto de implicación y conocimiento. Era muy exigente', recordó asimismo la cuidadora. Por ello, por el 'impulso' que puso en la unidad de primatología del zoológico barcelonés, su ejemplo sirvió para que hoy en día ésta goce de una gran importancia a nivel internacional.

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