VOLUNTARIOS

Nunca hay suficientes voluntarios en Cruz Roja

CRUZ ROJA
photo_camera Cruz Roja cuenta con más de 13 millones de voluntarios activos (EFE)

Antonio Martí es uno de los voluntarios de Cruz Roja, cuya labor solidaria es reconocida en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, celebrado recientemente

Es jefe de mantenimiento eléctrico del Ayuntamiento de Gandia (Valencia) pero, esté de vacaciones o trabajando, acude al reclamo de ayuda cada vez que tiene lugar una catástrofe en cualquier punto del mundo como voluntario de Cruz Roja en la Unidad de Cuidados Básicos de Salud.

Se llama Antonio Martí y personifica la cooperación que prestan de manera desinteresada muchos voluntarios de Cruz Roja, cuya labor solidaria es reconocida en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, celebrado recientemente.

"Nunca es suficiente; siempre se necesita más ayuda", confiesa Martí, en alusión a los efectos de una catástrofe o un conflicto en la población.

En una entrevista , este voluntario de Cruz Roja desde hace 21 años ha rememorado que comenzó a embarcarse en misiones humanitarias en otros países en 2008, cuando el huracán Hanna arrasó Haití, y compaginó la ayuda que se puede aportar desde España con la asistencia en persona.

Martí, quien dedica su tiempo libre a ayudar a los demás, volvió de su última misión hace escasamente dos semanas: un campo de refugiados en Tanzania con 80.000 personas que precisaba de apoyo debido a la llegada de "80.000 burundeses".

En ese emplazamiento "sobresaturado montamos dos centros de salud para atender a los nuevos refugiados burundeses y un hospital con 35 camas y un paritorio", ha contado.

En principio, Martí se metió en Cruz Rojas por un conocido, aunque después se quedó porque le "encantó", sin importarle que el trabajo no sea remunerado.

"Se nos respeta bastante en las zonas a las que acudimos", pero "si hay peligro, Cruz Roja nos manda a otro sitio", ha dicho.

También ha revelado que la labor que desempeñan es ardua: "Es un trabajo intenso de seis de la mañana a doce de la noche" durante un mes entero, ha señalado Martí.

Cuando se produce una emergencia para actuar en un país, este voluntario de Cruz Roja se ve obligado a avisar con poco tiempo de antelación de que se ausentará del trabajo, donde, asegura, no tiene problemas para marcharse de un día para otro.

Ha destacado que en el mes que pasan los voluntarios como él en misiones humanitarias pueden observar la evolución de los pacientes de los hospitales que se montan, quienes "agradecen" la ayuda. "Te vas de allí sabiendo que tu labor tiene continuidad", ha reseñado.

En su caso, se encarga fundamentalmente del "montaje de tiendas, instalaciones eléctricas y agua", ya que los equipos enviados son "muy especializados", ha añadido Martí, quien ha explicado que los voluntarios desempeñan un cometido concreto en el que sepan desenvolverse.

Martí empezó ayudando en el extranjero con el huracán de Haití, pero desde entonces también ha viajado a Chile tras el terremoto de 2010 y a Sierra Leona en 2014 para detener el avance del Ébola.

Pero su tarea no es exclusiva en otros países, sino que también colabora en España, como en el terremoto de Lorca (Murcia) y el incendio forestal de Les Useres, en Castellón.

La asistencia humanitaria es una forma de "solidaridad y cooperación", según Cruz Roja, que cuenta con más de 189 sociedades nacionales en el Planeta y trece millones de personas voluntarias activas, como Martí.

Ante el carácter impredecible de las emergencias, la entrega absoluta de voluntarios, como la del jefe de mantenimiento eléctrico del consistorio gandiense, permite a Cruz Roja realizar un despliegue más eficaz en zonas afectadas.

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