La 'máquina del tiempo' de Nicanor Parra, aquella con la que el Premio Cervantes escribió toda su vida, es desde ayer parte de la 'Caja de las Letras' del Instituto Cervantes, cargada con un poema inédito destinado a 'subvertir' la cámara acorazada y germinar en 'hojitas de parra'.
Su nieto, Cristóbal Ugarte, 'El Tololo', fue el encargado de meter en la caja 1.552, empotrada entre las de Carmen Balcells y Manuel Alexandre y debajo de la de Cristóbal Halffter, la máquina con la que este 'embutido de ángel y bestia', como se autodefine el poeta chileno, creó sus 'artefactos' y bajó la métrica a la calle en forma de 'antipoesía'.
Ugarte, que recibió una llave simbólica de la caja y un certificado, leyó en nombre de su abuelo, como ya hiciera el lunes al recoger el Premio Cervantes, un poema de Parra, en esta ocasión uno de los primeros, el que comienza diciendo 'Hoy es un día feliz' y concluye 'el tiempo lo borró todo, como una blanca tempestad de arena'. El nuevo Cervantes estaba 'muy contento' con el acto de ayer y emocionado, según afirmó posteriormente Ugarte, por 'comprar los diarios y ver qué decían sobre el premio'.
Ugarte, que recibió una llave simbólica de la caja y un certificado, leyó en nombre de su abuelo, como ya hiciera el lunes al recoger el Premio Cervantes, un poema de Parra, en esta ocasión uno de los primeros, el que comienza diciendo 'Hoy es un día feliz' y concluye 'el tiempo lo borró todo, como una blanca tempestad de arena'. El nuevo Cervantes estaba 'muy contento' con el acto de ayer y emocionado, según afirmó posteriormente Ugarte, por 'comprar los diarios y ver qué decían sobre el premio'.
