El recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Antonio María Rouco Varela, aseguró hoy que la relación de la Conferencia Episcopal con los políticos 'es siempre de colaboración leal, pensando en el bien común'.
'La relación de la Conferencia Episcopal con la sociedad y la comunidad política y sus autoridades es siempre de colaboración leal, pensando en el bien común y pensando en aquellos aspectos del bien común que deben tender más directamente y expresamente a la finalidad evangelizadora', explicó monseñor Rouco.
La comparecencia ante los medios de comunicación del cardenal tras su elección como presidente de la CEE fue breve. No en vano, antes de acceder a la sala de prensa de la sede de la Casa de la Iglesia en la madrileña calle de Añastro, aseguró en voz baja que se encontraba cansado. A renglón seguido, este cansancio no le impidió entrar en la sala bromeando: 'Mandaréis las fotos a casa luego --dijo dirigiéndose a los periodistas que abarrotaban la sala--. ¡Qué barbaridad! Así no hay quien vaya al cielo'.
Desde ese momento, el nuevo presidente de la CEE no dejó de sonreír. Su intervención --sin preguntas por parte de los medios de comunicación, tal y como lo anunció el director de la Oficina de Información de la CEE, Isidro Catela, al comienzo de la 'rueda' de prensa-- se centró en cuatro ejes fundamentales: mostrarse 'asombrado y agradecido' ante la masiva presencia de medios, corregir a los periodistas en cuanto a la terminología utilizada en los últimos días (el presidente de la CEE no lo es de los obispos ni del Episcopado, dado que lo es el Papa), enumerar las responsabilidades del presidente de la CEE y recordar a los siete anteriores 'gobernantes' de la CEE a lo largo de sus 37 años de historia.
DOS DOCUMETOS GUÍA
Según los Estatutos de la CEE, Rouco tiene como atribución el 'atender a las relaciones de la Conferencia Episcopal con las autoridades civiles de la nación sin menoscabo de las prerrogativas de la Santa Sede y de las competencias del obispo diocesano y de las Provincias y Regiones Eclesiásticas'. Esta responsabilidad es 'siempre', según dijo hoy Rouco, 'de colaboración leal, pensando en el bien común'.
Para ello, según explicó el nuevo presidente de la Casa de la Iglesia, la CEE se guía por dos documentos del Concilio Vaticano II: la Declaración sobre la Libertad Religiosa 'Dignitatis Humanae' y la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
También señaló el cardenal que es función de la CEE conseguir que las Diócesis actúen en el marco geográfico, histórico y cultural de un país, teniendo en cuenta las necesidades de los fieles y de la sociedad en general.
En este punto, destacó la expresión de la caridad como una 'función muy importante' porque los 'efectos de la vida de la Iglesia y fidelidad al Evangelio se notan mucho más cuando se refieren a las personas y a los grupos más necesitados', entre los que citó la familia, la juventud o los pobres.
OTRAS ATRIBUCIONES DEL PRESIDENTE
El presidente, que 'modera la actividad general' de la CEE, también representa, según los Estatutos de la CEE, jurídicamente a ésta, cuida las relaciones con la Santa Sede y con otras Conferencias Episcopales, convoca y preside las sesiones de la Asamblea Plenaria, de la Comisión Permanente y del Comité Ejecutivo y resuelve con el secretario general asuntos de trámite o de procedimiento, de los que informará al Comité Ejecutivo.
Asimismo, da su conformidad a los documentos y notas de las Comisiones Episcopales, preside el Consejo de Economía y tiene la facultad de designar como miembro de cada una de las Comisiones Episcopales, un obispo emérito que goce de buena salud.
VOTACIONES PARA PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE
El nuevo presidente de la CEE también estuvo acompañado por el secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino --el único cargo que no se renueva en esta Asamblea Plenaria--, quien fue el encargado de anunciar el resultado de las votaciones: el arzobispo de Madrid fue elegido en primera votación por 77 electores (solo faltaba el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, monseñor Juan José Omella) con 39 de los votos. El hasta ayer presidente de la CEE, el obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, no consiguió seguir la tradición de reelección, pues obtuvo 37 apoyos, y el hasta ayer vicepresidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor Antonio Cañizares, se hizo con un voto.
Por su parte, monseñor Blázquez necesitó de dos votaciones para superar los 39 necesarios. En la 'segunda vuelta' obtuvo el apoyo de 45 electores, mientras que monseñor Cañizares obtuvo el respaldo de 29. También fueron nombrados en alguna 'papeleta' el Arzobispo de Asturias, monseñor Carlos Osoro, y el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
La comparecencia ante los medios de comunicación del cardenal tras su elección como presidente de la CEE fue breve. No en vano, antes de acceder a la sala de prensa de la sede de la Casa de la Iglesia en la madrileña calle de Añastro, aseguró en voz baja que se encontraba cansado. A renglón seguido, este cansancio no le impidió entrar en la sala bromeando: 'Mandaréis las fotos a casa luego --dijo dirigiéndose a los periodistas que abarrotaban la sala--. ¡Qué barbaridad! Así no hay quien vaya al cielo'.
Desde ese momento, el nuevo presidente de la CEE no dejó de sonreír. Su intervención --sin preguntas por parte de los medios de comunicación, tal y como lo anunció el director de la Oficina de Información de la CEE, Isidro Catela, al comienzo de la 'rueda' de prensa-- se centró en cuatro ejes fundamentales: mostrarse 'asombrado y agradecido' ante la masiva presencia de medios, corregir a los periodistas en cuanto a la terminología utilizada en los últimos días (el presidente de la CEE no lo es de los obispos ni del Episcopado, dado que lo es el Papa), enumerar las responsabilidades del presidente de la CEE y recordar a los siete anteriores 'gobernantes' de la CEE a lo largo de sus 37 años de historia.
DOS DOCUMETOS GUÍA
Según los Estatutos de la CEE, Rouco tiene como atribución el 'atender a las relaciones de la Conferencia Episcopal con las autoridades civiles de la nación sin menoscabo de las prerrogativas de la Santa Sede y de las competencias del obispo diocesano y de las Provincias y Regiones Eclesiásticas'. Esta responsabilidad es 'siempre', según dijo hoy Rouco, 'de colaboración leal, pensando en el bien común'.
Para ello, según explicó el nuevo presidente de la Casa de la Iglesia, la CEE se guía por dos documentos del Concilio Vaticano II: la Declaración sobre la Libertad Religiosa 'Dignitatis Humanae' y la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
También señaló el cardenal que es función de la CEE conseguir que las Diócesis actúen en el marco geográfico, histórico y cultural de un país, teniendo en cuenta las necesidades de los fieles y de la sociedad en general.
En este punto, destacó la expresión de la caridad como una 'función muy importante' porque los 'efectos de la vida de la Iglesia y fidelidad al Evangelio se notan mucho más cuando se refieren a las personas y a los grupos más necesitados', entre los que citó la familia, la juventud o los pobres.
OTRAS ATRIBUCIONES DEL PRESIDENTE
El presidente, que 'modera la actividad general' de la CEE, también representa, según los Estatutos de la CEE, jurídicamente a ésta, cuida las relaciones con la Santa Sede y con otras Conferencias Episcopales, convoca y preside las sesiones de la Asamblea Plenaria, de la Comisión Permanente y del Comité Ejecutivo y resuelve con el secretario general asuntos de trámite o de procedimiento, de los que informará al Comité Ejecutivo.
Asimismo, da su conformidad a los documentos y notas de las Comisiones Episcopales, preside el Consejo de Economía y tiene la facultad de designar como miembro de cada una de las Comisiones Episcopales, un obispo emérito que goce de buena salud.
VOTACIONES PARA PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE
El nuevo presidente de la CEE también estuvo acompañado por el secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino --el único cargo que no se renueva en esta Asamblea Plenaria--, quien fue el encargado de anunciar el resultado de las votaciones: el arzobispo de Madrid fue elegido en primera votación por 77 electores (solo faltaba el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, monseñor Juan José Omella) con 39 de los votos. El hasta ayer presidente de la CEE, el obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, no consiguió seguir la tradición de reelección, pues obtuvo 37 apoyos, y el hasta ayer vicepresidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor Antonio Cañizares, se hizo con un voto.
Por su parte, monseñor Blázquez necesitó de dos votaciones para superar los 39 necesarios. En la 'segunda vuelta' obtuvo el apoyo de 45 electores, mientras que monseñor Cañizares obtuvo el respaldo de 29. También fueron nombrados en alguna 'papeleta' el Arzobispo de Asturias, monseñor Carlos Osoro, y el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
