Una marea de turistas, falleros y niños tomó ayer las calles de Valencia, que amaneció repleta de sátira e ingenio en sus monumentos "grandes", que ironizan y nutren su arte de crisis, políticos, banqueros, recortes y corrupción.
Con el sol resplandeciente desde primera hora, las fallas cumplieron ayer con la tradición de amanecer "plantadas" tras una noche de trajín, con falleros y artistas tratando de tener listo todo para la cita con los jurados que debe decidir la mejor en cada categoría.
Las Fallas de Valencia de 2014 van quemando etapas y el torrente de emociones no cesa. Con un presupuesto próximo a los siete millones de euros (un millón menos que el año pasado), las fallas compiten en altura, majestuosidad, equilibrio e innovación pero todas apuestan por la ironía y la sátira que emana del arte fallero y del que no se libran este año la familia real, los políticos y los banqueros.
El rey Juan Carlos, su yerno Iñaki Urdangarin, la infanta Cristina o políticos españoles como Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, Cristóbal Montoro, Alberto Fabra, Rita Barberá, María Dolores de Cospedal o Luis Bárcenas, e internacionales como Ángela Merkel y Barak Obama no escapan a su crítica voraz.
La cacería del rey, los sobres, los recortes de Montoro, el servilismo de Rajoy a Merkel, las irregularidades de Urdangarin protagonizan algunas escenas de las fallas, en las que no falta el "famoseo" con la duquesa de Alba, Alaska y Mario Vaquerizo, el cocinero Alberto Chicote o deportistas como Nadal, Ronaldo o Messi.También tiene su hueco el cierre de Radiotelevisión Valenciana y miembros de su comité de empresa se fotografiaron junto a un ninot de Fabra dando una patada al logotipo de Canal Nou.
El público no escatimó halagos a la majestuosidad y belleza de la gran menina de la falla Nou Campanar, a la exactitud al imitar la puerta del Banco de Valencia de Na Jordana o la altura y equilibrio del remate de la obra de Convento Jerusalén.El mayor interés lo despiertan las fallas de Especial que este año denuncian la actualidad política y social con situaciones cómicas con entidades bancarias, usando el mundo del teatro, la seducción, la música clásica y popular, el elogio al dulce, el amor, o la búsqueda de la "pasta perdida".
Con un ambiente festivo y de plena algarabía, hasta un millón de personas podrían pasar por la ciudad durante estos días, en los que la ocupación rondará el 85% aunque los hoteles céntricos ya están llenos, para disfrutar de unas fiestas declaradas Bien de Interés Cultural y que aspiran en 2015 a ser Patrimonio de la Unesco.
