El secretario general de WWF/Adena, Juan Carlos del Olmo, se ha reafirmado en la necesidad de la protección del Espacio Natural de Doñana, en el 40 aniversario de la declaración de este espacio como Parque Nacional, y de la presencia de la entidad también en el parque.
En un comunicado, Del Olmo ha subrayado que 'proteger Doñana hoy significa respetar el Guadalquivir desde su nacimiento, controlar la agricultura intensiva que asfixia el Parque, descartar proyectos como el oleoducto Balboa y sus 150 petroleros, y prepararse para los efectos que tendrá el cambio climático sobre la marisma.'
La organización ha recordado que la declaración de Parque Nacional 'permitió defender Doñana de las graves amenazas que podrían haberla destruido', y cuatro décadas después, destaca 'que el nacimiento de este extraordinario enclave y su evolución se hallan íntimamente ligados a la historia de esta organización de conservación de la naturaleza'.
'En los años sesenta, eran muchas las amenazas que se cernían sobre Doñana y ponían en peligro sus valores naturales. Entre ellas, los proyectos de plantación de miles de eucaliptos, la construcción de un gran centro turístico en Matalascañas o los planes de desecación y conversión en tierras agrícolas de las marismas', subraya Adena.
Sin embargo, según indica el comunicado, científicos y conservacionistas, como José Antonio Valverde, Luc Hoffman, Max Nicholson, Félix Rodríguez de la Fuente y Francisco Bernis, junto a propietarios de fincas, como Mauricio González-Bordón, se unieron para detener la destrucción de este espacio.
Fruto de esta alianza y bajo el impulso de Valverde, en 1963 WWF/Adena Internacional compró 6.794 hectáreas que cedió para la creación de la Estación Biológica de Doñana.
A principios de 1969, WWF España adquirió otras 3.200 y creó la Reserva del Guadiamar, de la cual aún es propietaria y que es gestionada por la Estación Biológica de Doñana, a través de un convenio de colaboración.
En la actualidad, Doñana es el humedal más importante de Europa, debido a la riqueza de sus ecosistemas y a la gran biodiversidad que alberga.
Cuenta con las últimas áreas costeras sin urbanizar del suroeste de España y valiosos fondos marinos, además de con uno de los pocos sistemas de dunas móviles de la Península Ibérica.
Asimismo, es uno de los santuarios de aves más destacados de Europa, con más de 360 especies residentes y migratorias, y da cobijo a una de las dos últimas poblaciones de lince ibérico de España, una especie en grave peligro de extinción.
La organización ha recordado que la declaración de Parque Nacional 'permitió defender Doñana de las graves amenazas que podrían haberla destruido', y cuatro décadas después, destaca 'que el nacimiento de este extraordinario enclave y su evolución se hallan íntimamente ligados a la historia de esta organización de conservación de la naturaleza'.
'En los años sesenta, eran muchas las amenazas que se cernían sobre Doñana y ponían en peligro sus valores naturales. Entre ellas, los proyectos de plantación de miles de eucaliptos, la construcción de un gran centro turístico en Matalascañas o los planes de desecación y conversión en tierras agrícolas de las marismas', subraya Adena.
Sin embargo, según indica el comunicado, científicos y conservacionistas, como José Antonio Valverde, Luc Hoffman, Max Nicholson, Félix Rodríguez de la Fuente y Francisco Bernis, junto a propietarios de fincas, como Mauricio González-Bordón, se unieron para detener la destrucción de este espacio.
Fruto de esta alianza y bajo el impulso de Valverde, en 1963 WWF/Adena Internacional compró 6.794 hectáreas que cedió para la creación de la Estación Biológica de Doñana.
A principios de 1969, WWF España adquirió otras 3.200 y creó la Reserva del Guadiamar, de la cual aún es propietaria y que es gestionada por la Estación Biológica de Doñana, a través de un convenio de colaboración.
En la actualidad, Doñana es el humedal más importante de Europa, debido a la riqueza de sus ecosistemas y a la gran biodiversidad que alberga.
Cuenta con las últimas áreas costeras sin urbanizar del suroeste de España y valiosos fondos marinos, además de con uno de los pocos sistemas de dunas móviles de la Península Ibérica.
Asimismo, es uno de los santuarios de aves más destacados de Europa, con más de 360 especies residentes y migratorias, y da cobijo a una de las dos últimas poblaciones de lince ibérico de España, una especie en grave peligro de extinción.
