Internet 'descarga' una tormenta cultural contra el Gobierno

Las 'descargas' ilegales de Internet han provocado en 2009 una gran tormenta cultural que ha obligado al Gobierno de Rodríguez Zapatero a 'mojarse', al verse atrapado entre las peticiones sancionadoras de los creadores y la creciente demanda de los internautas de acceso libre y gratuito a la Red.
Aunque la protección a la propiedad intelectual es un reto pendiente en todo el mundo que los distintos gobiernos tratan de atajar con medidas legislativas, en España este debate se recrudeció en las últimas semanas del año.

El momento de mayor tensión llegó con el anuncio de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, de que no un órgano judicial, sino administrativo -la Comisión de Propiedad Industrial- podría proceder al cierre de las páginas web que no respeten la propiedad intelectual.

Tal fue el revuelo provocado entre blogueros, internautas y la oposición política que el propio presidente del Gobierno se vio obligado a mediar en el conflicto para calmar las aguas y garantizar que siempre prevalecerá la 'libertad de expresión' y que 'no se va a cerrar nada' en Internet.

Aunque la opción descartada desde el principio por el Ejecutivo es la francesa, en la que -tras unos avisos previos- se cortará el suministro de Internet a quien se descargue contenidos 'piratas', el Gobierno español se afana en buscar una fórmula que corrija la polémica disposición adicional que tantas ampollas ha levantado.

La intención del Ejecutivo no ha evitado las peticiones de dimisión de la responsable de Cultura, así como las concentraciones de internautas en numerosas ciudades, respondidas del otro lado por la industria discográfica, la Coalición de Creadores y las asociaciones de editores y libreros, que ven con preocupación que se pueda ceder 'en el pulso con los piratas'.

Para la oposición, encabezada por el PP, internet se le ha ido de las manos al Gobierno, al mostrarse incapaz de generar consenso, y términos que parecían olvidados como 'censura', 'secuestro de publicaciones' o 'derecho de acceso a la cultura' han resurgido con fuerza en un debate de difícil solución.

Aunque la polémica sobre el uso de Internet ha centrado buena parte de 2009, durante este ejercicio España se vio influida por el fenómeno de masas desatado por la trilogía policíaca 'Millennium', del sueco Stieg Larsson, que ha encabezado durante meses las listas de libros más vendidos.

El rey indiscutible del arte en 2009 fue Joaquín Sorolla, quien vio saldada la 'deuda' que el Museo del Prado tenía con el pintor valenciano con la mayor antológica de su obra reunida nunca y una cifra de visitantes -450.0000 personas- histórica para la pinacoteca.

No sólo reinó en Madrid el artista de la luz, cuyos paneles sobre la 'Visión de España', pertenecientes a la Hispanic Society of América, sumaran más de dos millones de visitas en su itinerancia por distintas ciudades.

Pero el año que ahora acaba no sólo dejó alegrías como la muestra de Sorolla, sino que también se llevó, a los 103 años, al último superviviente de la Generación del 27, Francisco Ayala, quien no pudo superar una bronquitis mal curada y falleció la fría mañana del pasado 3 de noviembre.

Testigo privilegiado del siglo XX, la emotiva y calurosa despedida que se brindó al académico puso de manifiesto el cariño de todo el pueblo español a un narrador brillante que mantuvo la lucidez hasta el final.

Sus cenizas reposan ya bajo un limonero granadino de la Fundación que lleva su nombre y que se ha comprometido a perpetuar su legado.

El escritor mexicano José Emilio Pacheco ganó el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras hispanas por su condición de 'poeta excepcional de la vida cotidiana'.

El broche de oro cultural al 2009 lo ha puesto la presentación de la 'Nueva gramática de la lengua española', fruto del trabajo de años realizado por decenas de especialistas de las veintidós Academias de la Lengua Española y que, el primer día de salir a la venta en varios países, se situó ya como el libro de no ficción más vendido en España.

Te puede interesar