Trives y sus encantos, a vista de pájaro

Este concello del Macizo Central, recientemente incorporado al Consorcio Ribeira Sacra, está rodeado de auténticos balcones naturales que ofrecen al visitante un sorprendente enclave, combinando la alta montaña con la espectacularidad de sus parajes

Un paseo por la montaña trivesa no deja indiferente a ningún visitante. La combinación de unas temperaturas propias de la alta montaña con la característica vegetación de la zona constituye un atractivo a añadir en los parajes de Trives. Los tan de moda miradores naturales ofrecen una visión única de los valles en este municipio. El paso de la Vía Nova por Terras de Trives supone uno de sus mayores reclamos, junto a la amplia historia que conserva su villa. Todo este patrimonio cultural se ve enriquecido por su blanca montaña en invierno, en donde la nieve se convierte en su oro blanco. Pero un recorrido por sus miradores será el punto culminante para conocer este entorno natural único en A Pobra de Trives, permitiendo otear desde su cumbre y aprovechar la jornada para degustar su gastronomía sin perderse las afamadas bicas de Trives, todo ello acompañado por los deliciosos vinos de las bodegas de la Ribeira Sacra, subzona del Bibei.

Mirador de Pontenovo

Situado estratégicamente en la punta de una roca, regala a quien se acerca las mejores vistas del meandro que se dibuja en el punto en donde el río Navea se une con el río Bibei para terminar desembocando en el Sil. Estas singulares y vertiginosas vistas del Bibei a su paso por los dominios triveses se convierte en una de las más hermosas. El mirador, acondicionado recientemente con un espectacular diseño, se encuentra aproximadamente a unos cuatro kilómetros en la carretera que trascurre desde Trives en dirección a Montefurado. Desde esa panorámica a vista de pájaro, se divisa al fondo la central hidráulica de Pontenovo que produce energía con el agua que le llega a través de dos gruesos tubos, que bajan por la ladera trivesa, llamando la atención de los visitantes. 

Mirador de Penas de Rome

Formado por plataformas hexagonales y con balcones acristalados, este mirador abría sus puertas recientemente ante la expectación de vecinos y turistas. Desde él, suspendidos en el aire, nos sumergimos en el Val do Navea, catalogado como primer paisaje protegido de Galicia debido a su singularidad natural, estética y cultural. Un paisaje tradicional, marcado por el microclima que reina en la pequeña aldea de Navea, situada enfrente del llamativo balcón, y por el serpenteo del río del mismo nombre, encajado a los pies del espectacular mirador. Se ubica a la entrada de la localidad trivesa, viajando desde Ourense, pudiendo disfrutarse a pocos metros de la carretera. Con esta construcción en las Penas de Rome, se pone en valor la belleza paisajística y natural de todo el valle.

Mirador de Pena Folenche

Estamos en el punto más alto de este profundo valle del Navea. Una roca situada en el medio de la aldea de Pena Folenche se convierte en un mirador único del frondoso bosque, permitiendo perder la mirada hasta las cimas montañosas de Manzaneda y Trevinca, disfrutando de su manto blanco en invierno. A su vez, este enorme balcón con asientos naturales de piedra conserva su propia leyenda, que habla de un pasadizo dentro de la gran piedra, u otra que cuenta cómo Santiago saltó con su caballo dejando marcada su pisada sobre la roca.

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