Este metal es usado en componentes de ordenadores y teléfonos móviles y la Unión Europea lo considera estratégico

El alto precio del tantalio reaviva el interés empresarial por Penouta

Balsas de decantación construidas en la mina de Penouta, cuyos residuos pretenden aprovechar dos empresas foráneas. (Foto: L.B.)
Los vecinos de Penouta, un pueblo vianés de 95 habitantes, se frotan las manos con la posibilidad de que su mina vuelva a ser explotada después de más de medio siglo de abandono, tras la expropiación de su propietaria, Rumasa, por el Estado.
En las últimas semanas, dos empresas, una de capital canadiense y otra de origen salmantino, mostraron sus deseos de reabrirla. El subsuelo esconde tantalita, un mineral que contiene tantalio, metal muy apreciado por los fabricantes de componentes electrónicos para ordenadores, teléfonos móviles, equipos digitales e incluso en el revestimiento de satélites artificiales. Además, el yacimiento guarda casiterita -utilizada en la producción de estaño-, y restos de plata y wolframio.

A principios de mes, el Diario Oficial de Galicia anunciaba la exposición pública de la solicitud que presentó Salamanca Ingenieros SL para aprovechar los residuos mineros. Su petición fue recurrida por los vecinos y propietarios de los terrenos, pues afirman que la sociedad nunca se puso en contacto con ellos.

La segunda propuesta está respaldada por capital canadiense. Los representantes de esta empresa, que ya posee varias explotaciones en España, iniciaron una ronda de contactos con los vecinos buscando llegar a un acuerdo de arrendamiento de los terrenos, según confirmaron fuentes vecinales. Sus planes van más allá del mero aprovechamiento de los residuos mineros que guardan las balsas de decantación. Esta sociedad también tramita los permisos preceptivos para reabrir el aprovechamiento de la mina e investigar su posible ampliación.

La maquinaria actual permite aprovechar los residuos desechados en el siglo XX y depositados en las balsas de decantación. Su explotación crearía más de una decena de empleos directos, que podrían multiplicarse por seis si se retoman las labores en el tajo.

La reapertura de la mina de Penouta sería un balón de oxígeno para la actividad económica de Viana y de las comarcas limítrofes. Su beneficio será mayor si, además, es consecuencia de la producción de un metal considerado estratégico por la Unión Europea, como es el tantalio, también codiciado por las fábricas de componentes electrónicos.

La mina de Penouta dejó de trabajarse debido a la caída del precio de la casiterita, ocurrida en un momento donde el uso del ordenador aún no estaba demasiado extendido. En la actualidad, el precio del kilo se aproxima a los 900 euros, según fuentes consultadas por este diario.

El país máximo productor de tantalio es la República Democrática del Congo, de donde sale más de la mitad de la producción mundial de coltan, un mineral que combina columbita y tantalita. Su elevado valor estuvo detrás de dos guerras y aún desangra a esta nación africano.



El pedáneo ve cerca el acuerdo

Manuel Rodríguez García es el alcalde pedáneo de Penouta. Ayer confirmó el interés de las dos sociedades por hacerse con la mina en la que trabajó durante 18 años. Recuerda que con él coincidieron en la explotación a cielo abierto del Centro Minero vianés otros 160 empleados. 'Creo que sí haberá acordo', comentó acerca de la búsqueda de un entendimiento con las empresas. El Centro Minero de Penouta fue comprado por Rumasa a una sociedad participada por Altos Hornos de Vizcaya. Tras la expropiación del grupo a José María Ruiz Mateos, acaecida en 1983, pasó a ser propiedad de la sociedad estatal de gestión del suelo empresarial Sepes, que la cedió a Minas de Almadén. En 2010 la empresa fue liquidada, regresando la titularidad del terreno al pueblo.

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