Los dueños de perros de compañía que no los hayan registrado en el Concello serán multados si al recibir el aviso municipal rehúsan inscribirlos. Las sanciones oscilan entre los 100 y los 3.000 euros, dependiendo de la gravedad de la falta. El anuncio lo realizó ayer el concejal de Medio Ambiente, Sanidade e Educación, Aurentino Alonso Araujo, cuyo departamento inició una campaña de sensibilización ante el problema que suponen los canes abandonados o en situación irregular.
El edil dijo que en el Concello hay registrados 753 perros de compañía y otros 20 peligrosos. Explicó que la normativa exige a los propietarios inscribirlos en el Rexistro Xeral de Identificación de Animais de Compañía y en el censo municipal, así como la colocación de un chip identificativo. Quienes registren sus animales recibirán 'portabolsas' de plástico para recoger los excrementos. Tienen forma de hueso y se colocan en los collares.A su vez, el alcalde, Alfredo García Rodríguez, dijo que 'queremos telos controlados e só se conseguirá coa concienciación da xente'.
La campaña incluye la colocación de 30 señales informando de la obligación de recoger los excrementos y otras con la prohibición de dar de comer a los gatos callejeros. Esta medida busca acabar con su proliferación, que causa malestar entre los vecinos. Se quejan de los daños que causan en los coches aparcados en el lugar donde comen los animales, a los que se suman el problema sanitario y la suciedad.
Aurentino Alonso apuntó que el Concello tuvo que pagar 150 euros a un veterinario por culpa de un gato callejero enfermo, que al final acabó muriendo.
La campaña incluye la colocación de 30 señales informando de la obligación de recoger los excrementos y otras con la prohibición de dar de comer a los gatos callejeros. Esta medida busca acabar con su proliferación, que causa malestar entre los vecinos. Se quejan de los daños que causan en los coches aparcados en el lugar donde comen los animales, a los que se suman el problema sanitario y la suciedad.
Aurentino Alonso apuntó que el Concello tuvo que pagar 150 euros a un veterinario por culpa de un gato callejero enfermo, que al final acabó muriendo.
