As Ermidas de O Bolo limita su acogida

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photo_camera Una pareja ante el santuario de As Ermidas, cerrado a las visitas.
El covid-19 obligó a los curas de As Ermidas (O Bolo) a limitar la acogida a personas necesitadas a aquellas que están en "situación extrema", cerrándolo a quienes acuden con un fin espiritual. Además, cerró el templo a las visitas.

La vivienda del santuario de As Ermidas, que en otros tiempos acogió el seminario bolés, da alojamiento a cinco personas que llegaron en "circunstancias de extrema necesidad". Antes de comenzar la crisis sanitaria del covid-19 eran muchas más las que acudían a ella, aproximándose a la veintena en determinadas fechas. La pandemia cerró las puertas a quienes tienen otra vía para resolver sus problemas de falta de recursos o bien de otro tipo. Además, los contados invitados admitidos deben llegar con el resultadonegativo de una prueba del virus en la mano.

Las indicaciones de las autoridades sanitarias, del Concello y de la propia diócesis de Astorga obligaron a los tres curas de As Ermidas a extremar las precauciones, según apuntó uno de ellos, José Antonio Crespo Franco. Las cinco personas acogidas llegaron de Murcia, Madrid, Pamplona, Palencia y Ourense, pero son muchas más las que llaman por teléfono. "Muchos piden ayuda y hablamos con ellos por teléfono. Algunos se conforman con la orientación que les damos", explicó el sacerdote.

José Antonio Crespo conoce bien al virus. Él mismo lo sufrió, al contagiarle un joven con problemas psiquiátricos enviado desde un centro hospitalario de Ourense. Una vez curado, ya nadie sufre la enfermedad.


El santuario solo abre para la misa del domingo y los festivos


Las precauciones de la comunidad espiritual de As Ermidas no se limitan a los espacios comunes de la casa, también llevaron a los sacerdote a tomar medidas en el santuario. Desde el inicio de la pandemia, las misas se redujeron a las mañanas de los domingos y festivos.

Los días restantes, las puertas permanecen cerradas a cal y canto. Esta medida, que se prolongará, al menos durante todo el mes de septiembre, también tiene su razón de ser: evitar las aglomeraciones que se forman ante este templo, construido en el siglo XVII.

José Antonio Crespo es consciente de que "si abres, viene mucha gente de todas partes, por lo que decidimos abrir solo para las celebraciones". El resto de la semana, el templo permanece cerrado para evitar los grupos de visitantes que solían desplazarse hasta As Ermidas para conocer el santuario . "Es un monumento y también viene gente por motivos ajenos al espiritual", dijo Crespo.

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