Eladio Álvarez Álvarez, párroco de Vilamartín y que oficia los servicios religiosos en San Vicente, rechaza usar la carretera de O Mazo, alternativa para acceder a la localidad tras el deterioro de la OR-807.
Solo viajó por ella una vez y ya no quiere saber nada de ella. Es más, aconseja que no se use debido a su pendiente y, ahora en otoño, por el riesgo de que patinen los coches sobre las hojas de la calzada. Este peligro llevó a una familia a trasladar a la iglesia de Vilamartín una misa de cabo de año que se oficiará hoy. "Si la carretera estuviera bien, lo tendríamos en San Vicente. Otras familias ya me dijeron que vamos a tener los aniversarios en Vilamartín, Córgomo, O Barco, o en otros pueblos", explicó el sacerdote.
La decisión de trasladar el cabo de año a Vilamartín la tomó la familia. "Lo hemos dialogado y creo que es mejor que ir a San Vicente por O Mazo, aunque sentimentalmente les agradaría ir al pueblo", dijo. Argumentó que a estos oficios suele ir mucha gente
El sacerdote seguirá yendo un domingo al mes a San Vicente, aunque irá por la OU-807 hasta donde fue cortada por la Diputación, a causa del hundimiento de su calzada. Explica que dejará allí el coche y seguirá a pie los aproximadamente dos kilómetros que restan hasta el pueblo. El problema puede surgir si necesita acceder al pueblo un coche fúnebre, "aunque puede detenerse ante la valla que corta la carretera y llevar la caja a hombros hasta la iglesia", sugirió.
Las consecuencias del firme deficiente también las sufren las ambulancias. Para atender situaciones de emergencia, el 061 tiene preparada siempre la ambulancia de soporte vital básico y un vehículo todoterreno, para superar cualquier problema de acceso.
