Los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil ourensana, especializados en analizar las causas de incendios, iniciaron el estudio del fuego que destruyó la nave de Castañas Rafael SL, en Rubiá. Según fuentes próximas a la investigación, inicialmente, los agentes no encontraron circunstancias extrañas, lo que descartaría que alguien lo hubiese provocado, corroborando la tesis de que podría ser consecuencia de un cortocircuito.
Los agentes de la Guardia Civil ourensana no son los únicos que se desplazaron hasta el lugar donde ocurrió el fuego. También lo visitaron los peritos de las compañías de seguros. Deben valorar unos daños que en una estimación muy inicial fueron cifrados en casi dos millones de euros por el gerente de Castañas Rafael SL, Juan Fernández. El incendio, que fue visto a la una de la madrugada del domingo destrozó totalmente la nave, junto con la maquinaria y castaña almacenada.
Los bomberos del Consorcio contra Incendios e de Salvamento de Valdeorras también acudieron ayer al paraje de A Tapada, donde está ubicada la nave de la empresa comercializadora de castañas. Fueron avisados a las 10,45 horas del reinicio de las llamas. Antes de finalizar la mañana, habían cubierto totalmente de espuma el lugar donde se reavivó el fuego y regresado al parque de A Rúa.
Posiblemente, la de ayer no sea la única alerta que recibirán desde Rubiá. La gran cantidad de castaña seca almacenada -aproximadamente 15 toneladas- propicia la existencia de rescoldos que, con el paso de las horas, generando pequeños focos de fuego.
