La capilla de Outarelo se quedó pequeña para acoger a los numerosos devotos del santo

San Francisco Blanco congregó a cientos de fieles

Cientos de fieles se congregaron ayer en Outarelo, en la capilla y los alrededores de la misma, para celebrar la procesión de San Francisco Blanco, que como es tradición contó con la figura del santo y la reliquia que guarda la pequeña capilla del pueblo, el cráneo de San Francisco Blanco al que los devotos pidieron sus gracias.
La capilla, que hasta hace dos años, en que fue adquirida por el Obispado de Astorga, pertenecía a un particular, fue restaurada en el año 2009 gracias a las aportaciones de los particulares y ayer se quedó pequeña para acoger a los numerosos fieles que querían asistir a la misa posterior a la procesión.

La población de Outarelo está situada a escasamente dos kilómetros de la capital de la comarca, O Barco de Valdeorras, y son muchos los vecinos de esta localidad que le ofrecen su devoción al santo.

Como es habitual, las personas que acudieron a esta cita se acercaron a la capilla por una carretera y marcharon por otra distinta -la subida es por la carretera de Vilanova y la bajada por la de O Castro-, con el fin de evitar maniobrar dentro del pueblo, lo que podría ocasionar un caos circulatorio.

Después de la celebración sacra se dio paso al desfile de viandas propias de toda romería en Galicia, con las rosquillas del santo como productos estrella de la jornada -que sus vendedoras han pasado previamente por los labios de San Francisco Blanco-, pero también con pulpo y vino de la zona, que los comensales pudieron degustar en un espacio expresamente habilitado para este efecto.

El buen tiempo acompañó toda la jornada, haciendo de la romería de esta edición una de las más seguidas por los fieles, que no perdieron la oportunidad de acompañar al santo.

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