Casi dos años después del incendio forestal que en julio de 2022 arrasó 10.500 hectáreas de los montes de Carballeda, Rubiá y O Barco de Valdeorras, buena parte del cableado de la compañía telefónica Movistar sigue tirado por el terreno e incluso sobre la orilla de algún cauce fluvial. Estos dos últimos concellos enviaron escritos a la empresa de telecomunicaciones sin que fuesen atendidas sus peticiones.
“Todo sigue igual. No hicieron nada. Los cables siguen por las huertas”, comentó una enfadada vecina de A Veiga de Cascallá. Este núcleo de Rubiá fue duramente castigado por las llamas, que afectaron al cableado de las telecomunicaciones. “Caen los árboles sobre los cables y quedan ahí”, protestó, quejándose seguidamente de que las reclamaciones no fueron atendidas en ningún momento. También los habitantes de este núcleo se dirigieron a la empresa, apremiando la eliminación de los polémicos cables, quejándose ahora de que la compañía hace oídos sordos a su protesta.
La situación es muy parecida en los montes próximos a la aldea barquense de Castro de Vilariño. También desde aquí se envió algún escrito a la telefónica, con el mismo resultado. Es decir, sin ninguna respuesta. En esta zona pueden verse cables por el suelo, entre la maleza, pero también sujetos a cuerdas que sobrevuelan alguna viña. En todo caso, los cables inutilizados continúan ahí. Muchos de ellos fueron cortados y pueden verse suspendidas las partes seccionadas. Por otra parte, no son pocos los postes que aparecen vencidos sobre el terreno, amenazando con desplomarse sobre el suelo. “No los recogieron. Todo sigue igual”, protestaron desde el Concello, donde insisten en reclamar la retirada del deteriorado cableado.
