Florindo Gónzález, sin apenas oposición, ganó un año más e introdujo a la patrona en la iglesia
Las vecinas y vecinos de la parroquia de Arcos, en Carballiño, famosa mundialmente por ser la cuna del "pulpo á feira", vistieron sus mejores galas para asistir a la procesión de su patrona, Santa María, ceremonia que marca el inicio de sus fiestas, en una calurosa jornada.
Con el acompañamiento de la Banda de Música de Celanova, el carrito de madera que transporta a la Virgen partió de la iglesia parroquial a las 13,00 horas para su recorrido habitual de ida y vuelta hasta el cruceiro, mientras los devotos se alternaban llevando las andas mientras depositan monedas en una cesta.
Dieciocho minutos después, en la misma puerta de la capilla, comenzó la puja en la que se dirime quién va a introducir el carrito hasta el altar para la misa solemne. Las subastas de las "manos" (derecha e izquierda) que guían la pequeña carroza partieron de 50 euros, si bien el empresario Florindo González, nativo de Arcos, subió en ambos casos hasta los 500 ,y nadie se atrevió a superar su oferta global de 1.000 euros.
Junto con su esposa, volvió, como en los últimos 40 años a dirigir el carrito al interior de la iglesia, cumpliendo así una antigua promesa por el salvamento de la tripulación de uno de sus barcos congeladores en un naufragio. El resultado de la puja fue inferior en 2.000 euros a la del pasado año, pero muy alejada, también, de los 8.000 euros que pagó Florindo González en 2007.
