Con seis décadas de recorrido a sus espaldas, mantienen un repertorio amplio y siempre a la última
Los trovadores nacieron en A Coruña en 1953. El primer director de esta orquesta fue Alfonso Saavedra y por ella pasaron grandes músicos y algunas de las más populares voces gallegas como Pucho Boedo.
Con más de seis décadas de recorrido, es una orquesta muy viajera. De dichos viajes el más relevante fue la gira que durante tres años les llevó por Cuba y Estados Unidos. Alguno de los componentes se quedó a vivir allí de manera definitiva.
De esta expedición trajeron a España la música tropical y la pusieron de moda entre muchas de las orquestas que aún no se habían aventurado a tocar ese tipo de temas, entre ellos el merengue, la bachata y la cumbia.
Sus viajes les granjearon un gran prestigio en Galicia, pero también lograron labrarse fama allá por esas tierras americanas.
Los más veteranos seguidores de las orquestas recuerdan todavía el espectáculo de finales de la década de 1950 cuando en Los Trovadores cantaba "El Negro", que hacía desplazarse a todos los seguidores de esta orquesta por todas partes de Galicia, para verlo actuar, pues no sólo cantaba sino que creaba todo un espectáculo en escena como si de un Michael Jackson se tratara.
Su formación esta integrada por 14 artistas que salen a escena: cuatro voces, dos de ellas femeninas: Beatriz Loureiro y Begoña García. Yamil Quijada y Manu Magariños son las voces masculinas. Ángel Martínez, teclista; Alejandro Machín, percusionista; Begoña Leonardo, Batería; Linas Baltusis, trombón; José Porto y Miguel Ángel Sánchez, saxos y Odys Luis, trompeta.
Un repertorio variado en el que no faltan los bailables nacionales y tropicales, especialmente para el primer pase, mientras reservan para el segundo su artillería pesada armada con el mejor rock and roll y un amplio surtido de éxitos con los que complacer a los más jóvenes.
En orquestas de tan largo recorrido como Los Trovadores, tan importante como los músicos es el dueño de la misma. "Los músicos pueden cambiar con el tiempo. A lo largo de los años pasan muchos por una orquesta, pero es la orquesta la que permanece, de ahí que sea importante preservar la marca", explica Sito Mariño. "Por eso es esencial que las versiones que se hacen de los temas sirvan para que el conjunto de la orquesta suene mejor y que puedan lucir los artistas y hacer un mejor espectáculo". Les gusta el público con alma de fiesta, que sea animado, da igual que colectivo sea, si mayor o más joven pero que motive a los músicos a continuar con la actuación y que se implique.
Hacen una media de 100 galas al año, pero nos cuentan que como cualquier otro colectivo, sufren los efectos de la crisis. Cabe destacar que este año cerraron las fiestas de la Ascensión de Santiago, las más animadas de la capital gallega.
