La feminización del consumo de drogas

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Las jóvenes y adolescentes españolas comienzan a superar en el consumo de determinadas sustancias a los varones.

En los últimos años estamos asistiendo a un proceso de transición epidemiológica en relación al consumo de sustancias, que algunos autores han dado en llamar "la feminización del consumo de drogas”. Este concepto está siendo crecientemente utilizado en ciencias Sociales para describir procesos en los que se registra un incremento de la presencia de las mujeres o fenómenos que afectan mayoritariamente a éstas. Con ello aludimos específicamente a que las jóvenes y adolescentes españolas comienzan a superar en el consumo de determinadas sustancias a sus homólogos varones, a pesar de que hace una década partían de una posición muy inferior. 

Los estudios epidemiológicos orientan el di­seño de estrategias preventivas y correctivas dirigidas al control de enfermedades u otros trastornos relacionados con la salud. De modo similar, el estu­dio epidemiológico de las drogas permite conocer la magnitud del problema y sus determinantes, haciendo posible con ello la apli­cación de medidas preventivas y terapéuticas. Desde el punto de vista epidemiológico, dos concep­tos resultan fundamentales para entender el fenómeno de femini­zación del consumo de drogas: la incidencia y la prevalencia.

RESULTADOS ENCUESTAS

Si observamos los resultados de las dos principales encuestas dirigidas por el Plan Nacional sobre Drogas –la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) y la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES)-, podemos concluir, desde  el punto de vista de la prevalencia, que tradicionalmente los varones presentaban mayores tasas de consumo de todas las sustancias, excepto de las denominadas drogas medicamento –hipnóticos y sedantes, fundamentalmente-. Estas diferencias se acentuaban en el caso de la cocaína, donde la proporción de hombres triplicaba a la de las mujeres, y en el del cannabis se registraba un diferencial de casi 8 puntos porcentuales. Sin embargo, en los últimos años, se ha producido un cierto acercamiento inter-género en las tasas de consumo de ciertas drogas, siendo especialmente importante el ascenso del consumo en el caso de alcohol y tabaco. Este aspecto se puede apreciar con mayor claridad cuando observamos la encuesta ESTUDES, o en los tramos de edades más jóvenes del estudio EDADES. Así, los últimos datos reportados por ambas encuestas, reflejan que si bien es cierto que el consumo de todas las drogas ilegales está más extendido entre los varones, se ha visto reducida considerablemente la brecha inter-género, en relación al consumo de cannabis y para los derivados de la cocaína. Mientras que el consumo de drogas legales es cada vez más prevalente entre las mujeres.

Por otra parte, cuando observamos los datos de los referidos estudios desde la óptica de la incidencia, llaman especialmente la atención dos sustancias: el tabaco y el alcohol -tradicionalmente más consumidas por varones-, en las cuales las jóvenes superan a los varones en el porcentaje de nuevos consumidores. En una línea similar, el porcentaje de nuevos consumidores de cannabis y cocaína es cada vez más igualitario entre ambos géneros. Así, observamos como el consumo de estas sustancias ha pasado de ser una costumbre eminentemente masculina a una práctica cada vez más extendida entre las mujeres, sobre todo entre las adolescentes y jóvenes. 

Un aspecto de gran relevancia asociado a este fenómeno tiene que ver con el consumo abusivo de alcohol. Mientras que la tasa de prevalencia de intoxicaciones etílicas en varones, menores de 35 años, se ha mantenido relativamente estable en torno al 40% en los últimos años, en el caso de las mujeres de 15 a 34 años, las intoxicaciones etílicas han mostrado una tendencia ascendente desde 2001 (18,1%) hasta la actualidad (25,5%); así, una de cada cuatro mujeres de este grupo de edad reconoce haberse emborrachado alguna vez durante el último año. En una línea similar, las tasas de atracones por alcohol o binge drinking presentan el diferencial más reducido inter-género de los registrados en todas las encuestas realizadas hasta el momento. 

DIFERENCIAS BIOLÓGICAS

Es importante tener presente, además, que cuando hablamos de comparaciones entre hombres y mujeres en relación al consumo de abusivo de alcohol, debemos considerar tanto las diferencias de género como las de sexo; pues existen diferencias biológicas entre ambos sexos. Por norma general, las mujeres son más vulnerables a la ingesta alcohólica que los hombres, esto se debe, entre otros aspectos, a que suelen tener menor masa corporal y a que su proporción de agua corporal es también ligeramente menor. Además de ello, la presencia de un alelo genético que afecta más a las mujeres, provoca que en el hígado de éstas una enzima llamada Alcohol deshidrogenasa se exprese en menor cantidad que en el de los hombres, lo que provoca que ante el mismo volumen de etanol ingerido, el hombre tenga mayor capacidad para metabolizarlo. Así, la cantidad de alcohol que pasaría a la sangre de las mujeres sería mayor que en los hombres y los efectos durarían más tiempo. Por lo que el riesgo de intoxicación y sus efectos serían más intensos y prolongados en el tiempo en el caso de las mujeres, de modo especial en las más jóvenes. 

A título ilustrativo, la recomendación de la OMS con respecto al consumo de bebidas alcohólicas es de no superar los siguientes límites: 30 gramos de alcohol diarios, en el caso de los hombres, y 20 gramos para las mujeres.

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