LEB ORO

El COB empieza a jugar sin red

OURENSE (PAZO DOS DEPORTES PACO PAZ). 27/11/2017. OURENSE. Entrenamiento del equipo de baloncesto senior del COB. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Los jugadores del COB, en la sesión previa al partido ante el Melilla.

Los ourensanos reciben al Melilla con la imperiosa necesidad de un triunfo y el último fichaje, el holandés Rogier Jansen, listo para debutar

El COB no tiene red bajo sus pies. El equipo ourensano afronta un nuevo partido sobre el alambre, sin margen de error. El balance de una victoria y nueve derrotas es una losa que tienen que empezar a levantar ya. Para ello se aferran al Pazo. Tendrá que jugar su papel en el duelo de esta noche (21:00) ante el Melilla. Pero, para bien o para mal, la responsabilidad está en el plantel.

Tras la derrota del pasado viernes en Cáceres, semana corta de entrenamientos. Intensa, pero corta. Entre medias, un hombre más para luchar por la causa: Rogier Jansen. El holandés, con pasado en el Rioja, llega para ofrecer una rotación de calidad a Johnson. Necesaria. La lógica habla de un proceso de adaptación. Las urgencias clasificatorias, sin embargo, demandarán que su influencia se note desde que se calce las zapatillas.

El que continuará fuera de los planes de Gonzalo García de Vitoria otro partido más es Rokas Uzas. El lituano sigue con el proceso de recuperación de su lesión de tobillo. Volver a contar con un referente ofensivo es clave, pero sin riesgos innecesarios. 

Las buenas noticias para el COB llegarán por el aire. Vuelve Ahonen tras las "ventanas" FIBA. Tras disputar casi 19 minutos ayer en el Finlandia-Gran Bretaña, aterriza, se viste y juega. ¿En qué condiciones? Está por ver. 

El objetivo, mantener la regularidad. Los altibajos dentro de un mismo partido están condenando a un COB que pasa de aguantar (y hasta dominar) en fases del encuentro a borrarse y encajar parciales que ponen imposibles las opciones de triunfo en un abrir y cerrar de ojos.

Ya no vale con mejorar, con apuntar maneras. Los cobistas son conscientes de que ganar es una obligación. Cada semana que se consume del calendario juega en contra. Y, entre las cuatro paredes del vestuario, hay ganas de reconducir la situación. Es cierto que el duelo del domingo ante el Castellón suena a final todavía más. Pero no hay tiempo que perder.

Eso se tiene que notar desde que el primer balón vuele. Hambre de victorias. Que los pecados de juventud queden atenuados por la actitud de los ourensanos.

Talento y dinero

El Melilla llega al Pazo con viejos conocidos de reciente pasado cobista. Diego Kapelan y Fran Guerra se reencuentran con la que fue su afición (con ex compañeros, pocos). Kapelan, fiel a su estilo, promedia 11,2 puntos, mientras que el pívot canario suma lo mismo en anotación, asegurando casi siete rebotes por partido. Nada nuevo. 

A su lado, Alejandro Alcoba cuenta con un arsenal de jugadores contrastados. El balance de siete triunfos y tres derrotas es su aval. Eso sí, llegan a Ourense tras caer en Oviedo en un partido en el que fueron de más a menos de forma alarmante. Almazán, Dani Rodríguez o Mamadou Samb tienen cicatrices de unas cuantas batallas en la LEB Oro. Talento al servicio de un juego ofensivo, rodeado de complementos fichados a base de presupuesto en la parte noble (y cara) del mercado.

Y, otra vez, toca mirar hacia la grada. Fuera, las temperaturas serán gélidas. Pero el COB necesita que dentro del Pazo Paco Paz el mercurio alcance temperatura de ebullición. Es mucho lo que está en juego.

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