CONTRACRÓNICA

El COB es un equipo y un sentimiento

Aficionados del COB, eufóricos viendo a su equipo derrotar al todopoderoso Estudiantes (foto: Xesús Fariñas)
photo_camera Aficionados del COB, eufóricos viendo a su equipo derrotar al todopoderoso Estudiantes (foto: Xesús Fariñas)
La imagen y la implicación del Pazo y el nivel del equipo invitan a pensar en un final de temporada apasionante y que deber servir para impulsar el proyecto

Cuánto hacía que no disfrutaba con un partido así!Lo decía uno de los que están siempre. Desde el Pazo al periódico llamadas y mensajes sin parar. Y cierro la página con el teléfono a pleno rendimiento. Normal cuando tardes como la de ayer son contadas por el nivel del éxito, pero también porque el sentimiento sigue intacto en una ciudad que las ha coleccionado mucho mayores y que no es de baloncesto por su pasado, lo es por el relevo que pasa de mano en mano. Para rabia de unos pocos que hoy están rascándose sin alivio y, sobre todo, para orgullo de los de siempre, de los que llegan nuevos y de los que han vuelto.

El COB solo necesita un empujón para recordar lo que significa en Ourense. Como decía la guía de La Región al principio de temporada: “El equipo de todos”. Un equipo con mayoría absoluta política en la grada, todos los estilos sociales abarcados y sin límite de edad, ni por arriba ni por abajo. De corbata y de pantalón corto. De raya a un lado y de rastas. De ellos, de ellas y de elles.

Una entrada en el Pazo de equipo de ascenso para un COB que va décimo en la clasificación. ¡Con qué poquito se enciende la hoguera! Con una directiva unida, pero mejorable por todos los frentes, el accionista mayoritario marginado y las dos instituciones en un “sí, pero no” permanente. Incluso así el Pazo es capaz de tener entradas como la de ayer. Y no para comer pipas o sacarse selfies, para dejarse la voz y abrazarse con el del asiento de al lado como si hubiese tocado el Gordo. ¿Qué pasaría si la apuesta por el COB fuese sincera? Sin divisiones y con ganas de hacerlo por Ourense y para los que vengan, no para provecho propio. Y no es cuestión de dinero, es de escuchar lo que pide la ciudad, imitar lo que se hace bien y funciona en las de al lado y visualizar lo que realmente supondría.

El Pazo ruge y el equipo voló con un proyecto de supervivencia en el que el patrocinador principal juega partidos y donde los fichajes solo los hacen los rivales. Sin visos de mejorar la cuenta corriente a medio plazo y multiplicando los panes y los peces el área social para traer un socio más cada día, pero sin el poderío de ocho, diez o doce equipos de la competición (y subiendo) para poder vender ambición en vez de prudencia. Incluso así, Ourense vuelve a ilusionarse con su equipo y a creer que lo mejor del año todavía está por venir

Alegría y orgullo de la victoria del equipo cobista en el Pazo.
Alegría y orgullo de la victoria del equipo cobista en el Pazo.

Con un equipo al que lo vio un tuerto cuando mejor estaba y al que lo agitaron tanto en algunos desplazamientos lejos del Pazo que el aviso de zozobra fue realmente serio. Con la enfermería alguna semana compitiendo en número con la pista, el entrenador dimitiendo por impotencia, la plantilla recuperándolo por sinceridad y la mejora motivada por la entrega, sin atajos ni engaños. Un COB de trigo limpio en el vestuario y de quererse mucho entre ellos cuando más palos llegaban desde fuera. Pues así, contra todo, empieza a recoger algo de la recompensa que merece.

El habitual “pasamanos” del final del partido esta vez fue con una sonrisa de oreja a oreja.
El habitual “pasamanos” del final del partido esta vez fue con una sonrisa de oreja a oreja.

Si el COB y el Pazo son capaces de liarla parda un sábado cualquiera a mitad de temporada y con la novena plaza como meta, es fácil imaginar lo que pasaría cada fin de semana con un objetivo mayor. Ni la afición ni el equipo pueden hablar más alto. Ha llegado el momento de volver a apostar de verdad por el baloncesto. Y estoy seguro de que ahora es la buena.

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