Cartas al director

Un centenario esperanzador

 Este centenario es un mensaje esperanzador para todos los hombres de buena voluntad. Estamos viviendo unos tiempos convulsos, la incertidumbre reina en la sociedad, todo es relativo, no hay una fe en la que se apoye y dé sentido a la vida humana. Pero la historia de España, basada en su fe cristiana desde hace dos mil años, no puede desaparecer sin dejar rastro. En el año 1919, el beato Bernardo de Hoyos manifiesta: “Me dijo Jesús: Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas naciones.” Cuando humanamente todo parece perdido, el Centenario es un marco de esperanza. Nos indica el camino a seguir: o existe en el centro y en el ápice del género humano una figura en torno a la cual todos los hombres se ordenen, o la sociedad se desenfrena sin rumbo ni fin. 

Las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús lo presentan bondadoso, misericordioso, dispuesto a perdonar; pero profundamente serio, con un fondo de tristeza. “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y, en cambio, de la mayor parte de ellos no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio”, confidenció Jesucristo a santa Margarita María a quien, en 1673, le reveló 12 promesas para sus devotos.  Una buena ocasión para que la Iglesia Católica, sin temor de caer en el ridículo, sino con la firmeza en la fe, sin ambigüedades, ni en el sentimentalismo tan en boga en el clero, proclamen la verdadera doctrina, pues mucho relativismo que ahora existe en la sociedad, obedece a que muchos clérigos no han seguido el mandato de Cristo: “Id y predicad”. No dijo: “Id y dialogar”.