Cartas al director

Banderas que no se han de perder

Los procesos electorales sirven entre otras muchas cosas para dejar caer proyectos llevados a cabo en anteriores legislaturas. Hay realizaciones, sin embargo, que han de conservarse y profundizar. Me refiero al Club Ciclista Maceda, en su actual estructura obra de Xulio Conde, concejal en la anterior legislatura.

El dinamizador del Club Ciclista de Maceda se ha movido fundamentalmente por cultivar el espíritu deportivo, al margen de las adhesiones partidistas interesadas. Jugar en política con espíritu deportivo no es lo que caracteriza nuestro momento. 

El espíritu deportivo es la expresión de una filosofía política basada en el esfuerzo por la autosuperación, el respeto a los otros a pesar de la diversidad y el juego limpio. La sociedad del futuro, aunque muchos se empeñen en torpedearlo, impulsa un diálogo profundo entre los ciudadanos diversos. El cambio de época está exigiendo un giro significativo en la brújula de nuestra conciencia política. Y esto puede afectar a sentimientos profundos, políticos, sociales e inclusos religiosos. Determinadas circunstancias sociales, económicas, obligan a recomponer esta democracia enfrentada ahora a un nuevo futuro. Una nueva generación armada con el espíritu deportivo está pidiendo ya sitio.

Tenemos que interesarnos por las causas empobrecedoras del espíritu de la sociedad y también por los posibles remedios. Quizá nos distraigamos en elucubraciones estériles pero las soluciones no están lejos de fomentar en los diversos espacios del espíritu deportivos: autosuperación, respeto y juego limpio en todos los espacios de la convivencia.