Javier Suances y Raúl Álvarez: un baño de luz

ARTE
photo_camera Con Suances y carmelitas descalzas.

Ha recogido el arquitecto Javier Suances Pereiro, este fin de semana, las mieles de su profesión con el Premio 2017 a la Trayectoria Profesional del Colegio de Arquitectos de Galicia, en el Teatro Principal. La Granja ganadera de Valverde en Allariz, las viviendas sociales de A Uceira, Carballiño, en 1980; la rehabilitación del antiguo gran monasterio benedictino de Ribas de Sil, en la Ribeira Sacra, con Manuel Vecoña y Alfredo Freixedo en 1999, para su reconversión en hotel-monumento, son testigos preclaros de un modo de entender la profesión. Es bandera de su quehacer la reconversión del edificio Simeón en centro cultural de la Diputación, obra realizada con su hijo Javier, y el convento de las Carmelitas Descalzas de 1968, en las afueras de Ourense. Esta paradigmática obra, glosada ya en esta columna, refleja su interés por la luz, cenital a veces, que bañaba el altar en la capilla, aunque luego se alterase con bombillas.

Chapuzones de agua y luz

Al hilo del tiempo de inicio de la primavera en que nos hallamos, sol y vida, luz desde el agua, coincide en Visol ‘Estado líquido’, con ella de protagonista. Raúl Álvarez, un joven pintor madrileño, es su autor. En los diversos paramentos de la Galería, pizarra, granito, ladrillo y blanco gris mancha, a los que se añade el rojo tras la exposición anterior de Fernando Barreira, que la cambió, trae aquel un muestrario de sus series anteriores que se abre con ‘Yo, agua’, autorretrato preseleccionado para un certamen en Barcelona. En el interior, jóvenes mujeres en bikini sumergidas en piscinas son capturadas desde dentro del agua, sugestiva visión hedonista desde sus cuerpos, que exhibe sin personalidad. Son sus obras un traslado desde la fotografía de cámara acuática, de ahí su dependencia extrema del dibujo, que se impone al color. Este es sólido, pero también gelatinoso, como una película superpuesta a la piel, transparencias que se le resisten, pues las veladuras son un camino técnico arduo y de gran disciplina.

El artista insiste en este efecto en con el splash, o chapuzón, ya mojándose o sumergiéndose. Hay también unas pequeñas marinas, secuenciales, que son el atisbo de una sensación, un soplo de aire y luna… Su primer premio en la Bienal Eixo Atlántico de 2013 con un torso de mujer con bikini blanco sumergida, y las series ‘Be water’ en los años siguientes en Madrid y la Sargadelos de Ferrol, que ahora cierra, son los límites de esta sobreexposición temática, iniciada con sorollescos niños en la playa y bañistas que flotan, hasta ahora, engullido por Poseidón (Galería Monty4Arte de A Coruña el pasado año). Es la nuestra una sociedad líquida como apreció Zygmunt Bauman en sus estudios de sociología. Por ello la antigua sociedad sólida se está transformando, desde el cambio, como propone el sabio polaco, en una necesaria modificación de la realidad. El agua es el modelo, desde su fluir, y su adaptación al recipiente. Del agua vivimos, un tesoro a preservar. Bañémonos en la idea, mojémonos en su luz.

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