BOLA EXTRA

Cuando el ourensano Vicente desactivó al Barcelona

La efeméride del ourensano anulando al equipo blaugrana en la "segunda liga de Tenerife" toma forma en medio de un doble partido Celta-Barça

Era uno de los bigotes más reconocibles del fútbol español. Luchaba con la elegancia de Bernd Schuster y la moda de Rafa Martín Vázquez, por ser uno de los mostachos más carismáticos de la liga. Vicente Álvarez (Ourense, 30 de abril de 1960) era y es un hombre de pocas palabras. Responde al teléfono con tensión al hablar con un periodista. Un jugador elegante y expresivo que quiere dejar encerrado su pasado como futbolista. Perdón, uno de los mejores jugadores que salió de Ourense, del humilde y proletario barrio de San Francisco. 

Aquel Celta saboreaba el éxito y el lodo de la Segunda división a partes iguales. El líder del vestuario de los entrenamientos en A Madroa era Vicente. Era el ourensano el que arengaba a sus compañeros antes de saltar al césped de Balaídos. El capitán. 

El actual equipo celeste empató con el Barcelona en la ida de la Copa del Rey (1-1), pendientes todavía de la vuelta. La pregunta recorre por la mente y salta al archivo del Celta de Vigo, de las web Fameceleste y YojugueenelCelta para averiguar cuál fue el último ourensano en marcarle un gol al Barcelona en Primera división. Fue Vicente Álvarez. Nuestro ourensano y uno de los pocos que llegó a la élite de fútbol nacional. Con certeza y los datos sobre la pantalla del ordenador, el mediocentro ourensano hizo que el Barça entendiera que Balaídos no era un paseo triunfal. La Ría de Vigo era territorio hóstil para el equipo blaugrana. 

Actualmente, el Celta le ha ganado tres partidos al Barcelona, los mismos que ha perdido. Una balanza que se equilibra a partes iguales, pero que adquiere más importancia para los celestes que por momentos se ven luchando con los grandes. Solo por momentos.


El ourensano marcó el primer gol contra el Barcelona, que era el tanto 1.400 del equipo vigués en Primera, cumpliendo 150 partidos con el Celta 


Aquel partido de Vicente Álvarez fue una gran noche como auguraba Raphael. Fue la temporada 1992-1993, un 30 de mayo. Ahora las dudas aparecen, pero sí era una de las Ligas de Tenerife. La segunda vez que Valdano, entrenador del Tenerife, le hacía un favor al Barcelona. Dertycia y Chano sentenciaron al Real Madrid. 

De la temporada 92/93, faltaban cuadro jornadas de liga. El Real Madrid tenía marcado en rojo el derbi ante el Atlético tres partidos antes del final de liga y la fatídica cita con el Tenerife. El Barcelona de Cruyff no se fiaba en ningún momento del partido contra el Celta de Vigo aquel último domingo de mayo. Y así fue. 

Vicente mostró el camino

El ex capitán celeste no quiere hablar, no le gusta. Pero la insistencia hace que los recuerdos le vengan a la memoria inconscientemente: "Sí, me acuerdo. Metí un gol y creo que el segundo fue de Ferrer en propia y después Salva...". El silencio marca una pausa y se despide con educación. Es reservado, todo lo contrario que en el campo. Ese último domingo de mayo del 93 Vicente destrozó a Laudrup, a Bakero,... liquidó al FC Barcelona. 

Hacía sol en Galicia y un inmejorable tiempo para jugar al fútbol. El capitán celeste aprovechó un mal control de Soler para plantarse delante de Zubizarreta y cruzar su disparo en el minuto 5. Delirio vigués en Balaídos. La fiesta llegó cuando Ferrer se metió un gol en propia puerta cuatro minutos después. Incomprensible lo del lateral blaugrana. Pero Laudrup celebró con rabia el primer gol del Barcelona. Salva aumentó la ventaja para el Celta (3-1) y Beriguistain recortó en el descuento (3-2). 

El ourensano cumplía 150 partidos con el Celta en Primera luciendo su brazalete.Su gol quedó para la historia siendo el 1.400 de Celta y el 44.500 en la historia de Primera. 
Su elegancia en el juego iluminó al celtismo durante 14 temporadas. Su bigote, inconfundible dejó un legado. Tan diferente e importante como lo era su apodo. "El Neveras" no quiere hablar, pero su fútbol lo hace por él. 

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