TRAMA POLICIAL

Trama en la Comisaría: la UDEV sostiene que los gemelos “engañaron" al juez y al fiscal

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photo_camera Los policías de UDEV en el registro de la casa de los gemelos.

Junto al agente fallecido formaban "un grupo criminal" estable y utilizaron el robo de armas para lucrarse 

Los 137 folios del informe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) entregado al Juzgado de Instrucción 3 el 23 de septiembre de 2017 concluye que los gemelos Bernardo y Roi D.L. así como Celso Blanco, el agente que apareció muerto en Comisaría el 9 de abril de 2016, actuaron como "grupo criminal con carácter estable", con reparto de tareas para delinquir. "No se trata de una unión esporádica o transitoria sino que perdura en el tiempo y está vinculada por la amistad que les unía y la finalidad común", sostiene el subinspector autor del informe, quien también repara "en la importante planificación" que llevaron a cabo. El objetivo final, según su criterio, "utilizar el robo de las seis armas para lucrarse personalmente".

Sin alusión al homicidio

En el extenso documento, se detallan una serie de indicios y pruebas que los involucran en delitos como el robo con fuerza, tenencia ilícita de armas, denuncia falsa, falso testimonio, revelación de secretos e injurias/calumnias. Pero nada se dice del homicidio de Blanco y que la titular de Instrucción 3 supuestamente atribuye a los hermanos. De estos últimos, dice UDEV, "vivían en la comisaría".

La investigación aporta datos obtenidos de auditorías, declaraciones de testigos, análisis de medios de pago y observaciones telefónicas "que hacen considerar que Roi, Bernardo y Celso, actuando en grupo, decidieron de mutuo acuerdo crear los anónimos, logrando engañar a Asuntos Internos, el ministerio fiscal y la autoridad judicial que entendía del asunto en ese momento (el juez de la operación Zamburiña), utilizando de forma fraudulenta las claves de policías "a los que querían perjudicar", a la vez que "sustrajeron seis armas del búnker de la comisaría, acusando falsa y directamente a dos agentes" (el exjefe de drogas y el armero).

En el marco de ese grupo organizado, "generaron pruebas y rastros falsos que señalaban a una serie de policías con los que tenían desavenencias, entre ellos los cuatro a quienes robaron las claves para acceder a las bases de datos policiales, como los autores del robo de las armas, entre otros delitos". Una actuación que buscaba, según el informe, que los agentes "fueran expedientados o detenidos gracias a las pruebas falsas generadas por los investigados" y que dieron argumento al anónimo remitido a Asuntos Internos el 10 de noviembre de 2014. De hecho, realizaron consultas en las bases del DNI o matrículas de vehículos de agentes de la comisaría para hacer creer a los que debían investigar (Asuntos Internos) "que los entregaban a narcotraficantes a cambio de información".

Si en el caso de Bernardo y Roi D.L. sus compañeros de UDEV consideran que el beneficio radicaba en una vendetta para perjudicar a aquellos que les hacían sombra y a sus superiores -los investigados detectan odio y rencor-, la aspiración de Celso Blanco era más crematística: "Ansiaba la plaza del instructor de tiro, a la vez encargado del armero (Araújo)". A este último lo tilda de "tarao" en sus conversaciones de Whatsapp con su novia y una compañera de trabajo con la que mantenía muy buena relación. Las descalificaciones no son una simple anécdota: del comisario Amable Valcárcel dice que es un "nazi de mierda fascista" o que tiene la "mente trastornada". Y llama "subnormal" y "deficiente" a un subinspector al que la trama quiso perjudicar .

Nota anónima

A Blanco lo inculpan directamente en la remisión de una nota anónima enviada a algunos medios de comunicación el 26 de febrero de 2015, centrada en la sustracción de armas en la comisaría para su venta posterior. Incluso consideran que "podría haber actuado por impulso" al observar que, "tras descubrirse una segunda falta de tres armas (18 de febrero de 2014), el encargado del armero no había sido destituido". En esa fecha, pocos sabían en la Comisaría que personal de la Jefatura Superior de Policía de Galicia estaba realizando una primera investigación. El cuatro de marzo irrumpe en escena Asuntos Internos, cuya intervención desembocó en la Zamburiña, en la que están investigados cuatro agentes del exgrupo de drogas por presuntamente favorecer a traficantes (Juzgado de Instrucción 1).

Arrebato

Y fue precisamente ese arrebato la clave de la resolución del caso. Según UDEV, el anónimo a la prensa permitió tirar del hilo. Hasta el punto en que no dudan en reconocen que de no ser así "es muy probable que nunca se hubiera llegado a descubrir a los verdaderos autores".

La remisión de la nota propició una investigación por parte de la Policía Judicial de Ourense, que logró descubrir el PC en donde había sido redactada. Tras analizar el ordenador, se llegó el anónimo enviado a Asuntos Internos. "Gracias a esa nota se descubrió que lo que citaba -robo de las armas y la venta de información a narcotraficantes- era falsa", asegura. 

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