Opinión

Zona catastrófica

El monte gallego y lo que no es el monte, arde un año más sin parar y, a lo que se ve, sin solución. Docenas de políticos (que son sin duda los encargados de buscarla) de uno y otro signo han fracasado una y otra vez en el intento y se han visto rodeados por las llamas un verano sí y un otoño también. Cierto que la mayoría se han aplicado a ello con ganas, pero sin que el éxito les sonriera. Porque el bosque, en el fondo, no lo queman los pirómanos, ni los incendiarios, ni los descuidos, ni las colillas, ni las mafias económicas, ni... el monte lo quema la dejadez y el abandono del rural. El monte se quema más en Ourense no porque tenga más que quemar, sino porque está más abandonado. Cualedro, Monterrei y gran parte de la provincia ya eran zona catastrófica antes del último fuego. La verdadera catástrofe es la despoblación y el envejecimiento. ¿Quién puede parar eso?

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