Opinión

Los Reyes y la estrella de Belén

Vuelve la ilusión que cada año nos traen, a niños y mayores, la llegada, de los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, guiados por una “estrella” al Portal de Belén. Que los Reyes Magos existen lo saben todos los niños porque los ven con sus ojos inocentes y porque los regalos es la prueba irrefutable de que la ilusión supera toda realidad.

Los mayores somos algo más incrédulos, y a pesar de que la ilusión mueve montañas, alguna duda siempre queda y siempre hay quien investiga si existió o no la estrella de Belén. Digo esto porque el otro día, un buen y enterado amigo me explicó que la estrella como tal no existió, pero lo que sí se produjo cuando nació el Niño en Belén fue una conjunción de Júpiter y Venus, concretamente el 17 de junio del año del nacimiento de Cristo, que creó una luz semejante a una estrella.

-¿Cómo sabes esto? -le pregunté.

-La ciencia, la astronomía, lo ha probado. Es más -añadió- también está probado que 14 meses después del nacimiento, el 20 del mes de agosto, se produjo otra conjunción de Júpiter y Venus, coincidiendo probablemente con la llegada de los Reyes a Jerusalén después de 14 meses de viaje desde que salieron de Oriente, allá por la antigua Persia o Babilonia-.

-Aunque así fuese, ¿por qué señalaba esa luz a Belén? -le pregunté, pensando que no tendría una respuesta convincente, pero sí la tuvo y era bastante lógica-.

-Los Reyes Magos -me dijo- probablemente sabían por los judíos que habían vivido esclavizados en Babilonia, que un Mesías nacería en Belén y por eso se dirigieron hacía allí, y cuando fueron desde Jerusalén a Belén, la conjunción de Júpiter y Venus, su luz, seguía al sol al ponerse por detrás de las casas de Belén, señal clara de que la luz señalaba hacía Belén. Después ya solo quedaba los más importante, buscar el pesebre y adorar al Niño -concluyó-.

Si la ciencia y mi amigo lo dicen, seguramente todo fue así, pensé. Pero todavía había algo que no me quedaba claro de mi amigo, así que sin pensármelo dos veces le pregunté:

-Vale, ¿pero tú crees o no en los Reyes Magos?

Y mi amigo acabo de convencerme cuando me dijo que él no sólo estaba convencido que la estrella existió, sino que creía con total seguridad que los Magos existen porque cuando era pequeño los había visto colocando los regalos una noche mágica de Reyes.

Le dije:

-¿Qué más prueba hace falta si yo también los vi?

Como los Reyes existen queda demostrado que la estrella también existió, aunque sea una conjunción de Júpiter y Venus.

Feliz Noche de Reyes.

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