Si por algo se distinguen Zapatero y su 'alter ego' en Andalucía,
Manuel Chaves, es por la precipitación con la que han presentado las
propuestas sociales de ultima hora como si el reloj preelectoral
contara los segundos a pares y no les quedara tiempo suficiente ,antes
de marzo, para ofertar las mil y una ocurrencias que les asaltan. Hay
poca reflexión y mucha improvisación en ambos gobiernos, nacional y
autonómico, urgida por la imperiosa necesidad de llenar de contenido
los minutos basura de esta legislatura y por maquillar un balance que
presenta mas grises que claros debido al tiempo que se ha perdido en
cuitas ajenas a los problemas reales de los españoles. Mientras
Zapatero quiere hacerse perdonar su errática gestión, Chaves trata de
convencer al electorado andaluz, después de 17 años al frente de la
comunidad, que aun puede hacer durante otros cuatro años mas de mandato
lo que ha sido incapaz de acometer, cumplir y materializar en las
ultimas cuatro legislaturas . Solo así pueden entenderse las
ocurrencias de la Junta andaluza en materia de vivienda y educación que
han sorprendido mas a propios que a extraños.
La confusión y contradicciones que ha suscitado entre los
dirigentes socialistas andaluces el 'cheque beca' sugerido por Chaves
para, supuestamente, combatir el fracaso escolar en la comunidad,
confirma no ya el grado de improvisación con el que se produce la
factoría electoral socialista en Andalucía sino la frivolidad y falta
de respeto a los ciudadanos con que lo hace. Según Luis Pizarro,
homónimo de Pepiño Blanco en el PSOE andaluz, 'es absolutamente falso
que sea una medida para combatir el fracaso escolar -como dijo Chaves-
sino una iniciativa de carácter social que apuesta por la igualdad y
que va dirigida a las familias con rentas mas bajas'. O sea que Luis
Pizarro, en contra de la opinión del presidente de la Junta que insiste
en presentar su generosa dádiva con el dinero de los contribuyentes
como una forma de combatir la deserción de los bachilleres andaluces,
acaba de reinventar las becas que permiten estudiar a millones de
españoles sin posibles, desde los tiempos del 'abuelo Pachi' con la
notable diferencia de que éstas ayudas siempre se concedieron con
criterios de renta familiar y, por supuesto, de expediente académico y
el que en junio no aprobaba el curso no renovaba la beca.
Por el contrario, con la incierta propuesta de Chaves, que no
aclara ni la consejera de Educación de la Junta, lejos de subvencionar
el esfuerzo pareciera que se pretende premiar el fracaso escolar al
regalarle a los chicos un sueldo de 600 euros al mes a cambio de
simular que estudian y asisten a clase. Cara comida para tan malos
estudiantes.