Opinión

Esquizofrenia

Vicente Vallés abrió su informativo de un modo inquietante. Definiendo el término 'esquizofrenia'. Aludiendo a que alguien o algo con rango de noticia de primera se había hecho merecedor de tal. Explicaba Vallés con un rictus serio lo que la mismísima Real Academia define con esta palabra. Evidentemente, se refería a la Bolsa.

No quise ver más. Ni abrir los periódicos del día siguiente. Reivindicando mi teoría particular de que la Economía es mentira; todo lo que tiene que ver con los valores, un 'bluf'; y esas subidas y bajadas, una entelequia inexistente. Para que me entiendan, veo mucha más verdad en el furor de una victoria o en el dolor de una derrota de uno de esos partidos de fútbol que ahora se juegan, que en todos los bandazos que puedan dar las acciones de los Bancos. En una sola victoria o en una sola derrota de las mentadas, percibo más vida, más trascendencia, más conexión con lo esencial del ser humano, que en todo este mundo artificial de los mercados que un buen día se inventaron, por lo que se ve con mucho éxito.

En semanas como ésta, duele especialmente esta mentira. Una pena honda, un desamor con fuste, la enfermedad de un hijo, por pequeña que sea, se queda clavada. Perdura. No desaparece de un día para otro.

Lo dijo Vallés. La Bolsa es esquizofrénica. Y los periodistas y políticos, van y le dan cancha.

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