Opinión

Te equivocas, Gonzalo

Una extensa entrevista al secretario general de los socialistas de Galicia en la edición de ayer de La Región me ha dejado, como ourensano, una molesta sensación de orfandad: cuesta aceptar que cuando una ciudad no tiene gobierno municipal ni autonómico que la defienda, tampoco tenga oposición que recoja el estandarte. 

Al margen de los consabidos argumentarios o asuntos orgánicos del partido -que tendrán su momento, y su ámbito de debate no serán los periódicos ni la cuestión a debatir el tiempo de permanencia de los entrenadores en los banquillos- parte de las declaraciones de Gonzalo Caballero, cuyo tono general comparto, me han producido una profunda decepción respecto al proyecto público más importante para la ciudad en el próximo siglo: la integración urbana de la alta velocidad.

Dice Caballero: “El problema es que en la ciudad no hay un alcalde que proyecte algo alternativo. Si hubiese un alcalde con visión de ciudad y capacidad de interlocución, hablaría con el resto de administraciones para buscar mejoras. Yo lo hubiese hecho pero no soy presidente de la Xunta ni el PSOE tiene la Alcaldía”.

Siendo ciertas esas afirmaciones, te equivocas, Gonzalo. Porque justamente cuando la ciudad no tiene orden, concierto ni gobierno, ni la Xunta un presidente que defienda sus intereses, es cuando un líder político en la oposición debe asumir las banderas que aquellos han arriado. No tendrá capacidad ejecutiva, pero a la hora de pelear por recuperar “el impulso” del que, como bien dices, la ciudad carece, a un secretario general del Partido Socialista -esa figura que tan expresivamente llamamos “barón socialista”- no le faltaría en el empeño apoyo y fuerza política si tuviera convicción. 

Me resulta especialmente inquietante cuando alegas: “Yo no vi al señor Feijóo defender las obras del AVE cuando las paralizó Ana Pastor”. ¿Y qué? No se trata de hacer lo mismo que Feijóo, porque lo que hizo Feijóo ha proporcionado a Ourense el “glorioso” logro de liquidar la Intermodal y construir el Pendello de la Estación de Autobuses. La del presidente Feijóo, compañero Gonzalo, es la peor referencia posible, pues significa no comprender que el nudo ferroviario de la Alta Velocidad en Ourense y su integración urbana (complementado con el traslado de la operativa de mercancías a un gran centro logístico del Polígono) no es un capricho local, sino un proyecto estratégico de Galicia -de toda Galicia- que tiene Ourense como centro de conexión y enlace de todas las líneas de viajeros. 

Sería muy útil para la comprensión cabal de lo que representa este proyecto menos referencias a Feijóo, y una atenta lectura de las alegaciones presentadas por el Colegio de Arquitectos y por compañeros y alcaldes del Partido Socialista que negociaron el modelo de 2011 liquidado por el PP y por el presidente de la Xunta. 

Sería muy útil recuperar la fe en la propia fuerza política de un “barón socialista” para defender ante la sociedad y ante los suyos, en el Gobierno de la Nación, aquello que es razonable. No digo yo que llegara a conseguirse, pero seguro que se le daría otra pensada, sobre todo porque aún estamos a tiempo, porque el Concello de Ourense algún día recuperar el pulso, y porque el señor Feijóo -espero que así lo creas- no va a estar eternamente en la Xunta. 

Cuando un presidente desiste, quien aspira a sustituirlo no debería aceptar que no puede hacer nada porque “no es presidente” sino demostrar que puede serlo justamente porque actúa ya para cambiar las cosas. Es la diferencia entre el argumentario y la acción política. Entre el liderazgo orgánico y el liderazgo social.

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