Opinión

La aparición del Joker

“El azar nunca toca por azar”, estas palabras del poeta francés Jacques Prévert se hicieron realidad ayer en el Pazo y de tal modo, como mi buen amigo Angel “Irixo” me manifestaba a la vuelta del Pazo, “recuperamos el optimismo”. El COB dio una muestra de carácter. Y es que por fin se pudo ver (recuperar) ese COB dominador, mostrando un gran nivel en pista, pero además con ese grado de esfuerzo, rebeldía, que tanto gusta y terminó por seducir al Pazo. Todo aderezado con la algarabía final personalizada en el debut de Bolong Zheng. 

El partido fue una conjugación de buenos momentos del COB (un 65% de 2; 51% de 3 con 6/6 de Kacinas, y ¡un 80% de tiros libres!) y no tan buenos por irregulares en defensa. Del Valladolid, ya castigado desde el primer cuarto, si en algún momento parecía remontar, la defensa ourensana le llevaba al error y por contra terminaba por encajar al final de una posesión para enfado de su técnico Paco García. 

La reacción del COB a una atinada salida del Valladolid, mezcla de convicción, fuerza y cultura, reafirmó ánimos para un Pazo dispuesto a corear a los suyos. Modificó perspectivas que luego no logró rehacer el conjunto de Purcela. Fue un interminable bis tras bis ourensano, donde la ilusión pudo más que cualquier otra cosa.
Por otra banda, en el cine el Joker es un personaje de culto. Un “malo” forjado a sí mismo, carismático por sus formas y fondo. En el baloncesto NBA, el Joker, Nicola Jokic, es el principal referente. En el COB. El Joker es Justin Turner, el mejor truco posible de jugador que cambia radicalmente todo lo visto anteriormente. Contar con un jugador del calibre del escolta norteamericano, generador ofensivo de primer nivel, junto con la recuperación, anímica más que otra cosa, de Kacinas, ha invitado a esa ola de ambición que los ourensanos parecían haber perdido, en base a su guía y ambición. 

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