Opinión

Cuestión de tiempo

Siendo el enfrentamiento entre FEF y la Liga Profesional de fútbol un ejercicio de vanidades entre "presidentes", con continuadas críticas a la gestión de cada uno, de quienes dirigen la FEB y ACB, y consecuentemente de las competiciones que de cada uno dependen, lo más explícito que se puede decir es que se ignoran. ¡Y tanto que se ignoran! Hasta el punto de que un play off de ascenso de la LEB Oro no va más allá que la mera exposición de volun- tades para inscribirse en una Liga a la que se accede por invitación... y llegados hasta aquí, como corresponde, las condiciones vienen impuestas,tanto en las formas como en el fondo, por parte del anfitrión.

Y una vez más, ¡no pudo ser! En esta ocasión le ocurrió al COB, donde lastraron más las formas -siempre reconocidas- que el fondo -siempre subsanable- ¡Era cuestión de tiempo únicamente! Bueno... y de voluntades... que por parte ourensana era total y siempre asumiendo la responsabilidad precisa, no así por parte de la "asamblearia" ACB. A quien no se le puede negar su parte de razón en cuanto al rigor que exige una auditoría, pero ¿es siempre así? En el caso del COB bastaba con que se constituyera el pleno de la Diputación Provincial - el próximo día 14 de julio- para oficializar el compromiso que había adelantado su "creíble", más que posible, por razones obvias, presidente J. Manuel Baltar.

Decisión que, sin ser definitiva, por cuanto el COB parece dispuesto a solicitar la suspensión cautelar, seguro provocará el desánimo y desencanto de muchos aficionados, pero, en modo alguno, los "árboles no pueden impedirnos ver el bosque" y no podemos dejar de felicitar a los gestores del club y felicitarnos todos por la excelente temporada realizada por equipo.

Un Consejo de Administración que luchó a más no poder, desde un primer momento, allá por el pasado mes de Agosto, y ante el escepticismo de muchos, por inscribir al equipo en la competición que se merecía -lo había ganado en la cancha-, completar una gran temporada, recuperar la ilusión y el orgullo de quienes amamos el baloncesto y quienes no tanto -el Pazo se volvió a llenar de colorido y armonía- y alcanzar un as- censo -¡sí, un ascenso!- más que merecido.

Y llegado este momento le faltó tiempo a Antonio Gavilanes y su entorno -familia a la cabeza, quizá los que más, por lo que pudieron sufrir y soportar- para intentar ratificar en los despachos lo conseguido en la cancha y... ¡ahí estamos! Que no todo se acabó.

Revés "burocrático" que seguro disgustará a Antonio Gavilanes, por lo mucho que le pudo "costar" hasta ahora realizado, y por eso entendemos su desencanto que no es su desánimo, pues la primera piedra, cara la próxima temporada, ya está puesta con el equipo inscrito y el aval, con todo lo que conlleva de riesgo y responsabilidad, ¡Ya puesto!

Se puede pensar que la ACB es esa utopía que para Eduardo Galeano "está en ese horizonte que se aleja a cada paso", pero que sirve precisamente para eso "seguir caminando". 

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