Así puede ser el baloncesto. Intenso, competido...hasta decantarse por la potra de un decisivo palmeo o desequilibrado, y hasta "jodido" por la parte que nos toca como seguidor del COB, con solo 48 horas de intervalo. Tal está siendo el cruce entre Burgos y COB. O lo que es lo mismo. La discordancia entre un COB arrogante y otro más pusilánime. Explícitos los resultados.
El conjunto ourensano debiera entender que siendo importante la capacidad de sorprender más lo es aprovechar aquellas actitudes que le conceden una hipotética ventaja y que con el devenir de las jornadas pasaron a ser una necesidad. Tal es la intensidad defensiva y si no le entiende así difícil está la remontada.
Ya en ataque " cuanto más cerca estés del aro más posibilidades hay de anotar" -que decia Obradovic- y ese es el riesgo con el que juega el COB. Siendo capaz de competir con los exteriores mayor problema tiene en cuanto a sumar dentro de la zona. Imperfección ofensiva que le perjudica en este cruce ante un Burgos sobrado de experiencia en este apartado. Y que obliga a los Rivero, Kapelan, Zamora...a insistir en los lanzamientos de tres puntos... "y porque no hay canastas de 4 puntos" como había respondido Antoine Walker cuando se le preguntaba por que lanzaba tantos triples. El conjunto ourensano lo necesitaría.
Punto y seguido -esperemos- en el Pazo. En la frialdad de los números nada ha cambiado. El COB necesita ganar tres partidos. Los miedos deben importarle un bledo y desde un primer momento debe lanzarse a la aventura. Llegados hasta aquí...un arreón más. Dos son las claves: Actitud en defensa y concentración en ataque.
