En mi viaje de vuelta a casa, una vez fuera del cerco triunfador que era el Pazo, mi mente se queda en blanco, incapaz de ir más allá en mi dictamen de aquellos términos más manidos: ¿espectacular? o mejor... grandioso... quizá extraordinario... ¿emocionante?... magnifico, soberbio... maravilloso, admirable... ¡fascinante! "Un partidazo", que dijo Fran Crujeiras al final.
Fue un COB especialmente armónico. Hasta el punto de que partiendo de su cinco "tipo" -Rivero, Arco, Brothers, Fieler, Geramipoor- uno se pregunta si en ocasiones tan excepcionales no podrían ser hasta seis los jugadores en pista, pues Suka se lo merecía de sobra; o hasta siete pues Busma, desde la discreción, no le fue a la zaga. Por que no... ¡ ocho!, pues Cristian Diaz -que carácter el suyo- tampoco se quedó atrás...
Las ventajas que generó Rejón, que sería el noveno, Fieler y Brothers, el especialista Edu Martinez y los junior Iglesias y Martín... ¡Todos y cada uno de los componentes de un gran equipo!, capaz de alcanzar el final perfecto. El transcurrir del tiempo fue el mejor aliado del técnico. Y quien debatió alguna de sus decisiones, como es el caso, no deja de reconocerlo.
Todo eso en el Pazo. ¿Y fuera? Seguimos siendo de la ACB, pero... de aquella manera. Estar a la altura de los mejores tiene costes. ¿Asumibles? Si fuimos capaces de pagar algarabías y corruptelas más Podemos avalar nuestros "sentimientos".
Ourense es salud, es vida, es atractiva, es acogedora, es "la gran desconocida" y puede dejar de serlo. Ourense como destino necesita más que una discusión baladí...
Que la orensanía no sea sólo una frase literaria. Ourense fue "Galicia calidade" para el recordado A. Montes. Ourense fue cuna del espectáculo ACB...Ourense fue Coren, fue Caixa, fue Sousas...siempre el COB fue, fue, fue... ¡Y puede volver a serlo! seguro que Podemos.
El deporte no es de izquierdas ni de derechas, me importa muy poco lo que diga el intelectual que menosprecia los gustos del pueblo", que dijo Günter Grass en su imaginario diálogo con Galeano. No se trata de ovidar la historia, si no de conocerla y mejorarla. Ir con la realidad.
