Phill Jackson -11 anillos de la NBA- quien ha dirigido a jugadores como Michael Jordan, Shaquille O ́Neal o Kobe Bryant, siempre mantuvo que en su equipo "no tengo las mejores individualidades, tengo a los jugadores que mejor saben jugar en equipo". Así es, salvando las distancias, el Burgos que dirige Andreu Casadevall. El compromiso colectivo de las mejores individualidades. ¡El mejor equipo de la LEB Oro!
En la memoria del conjunto burgalés una derrota y sobre todo un marcador en la primera vuelta que, por lo que conlleva en cuanto a anotación, rapidez en el juego y exigua intensidad defensiva, no podía repetirse. Le costó de salida frenar el ímpetu ourensano para rectificar luego. Pudieron ser más visibles en esa transformación los triples de Feliu o la solvencia bajo tableros de Coppenrath, pero más lo fue esa defensa alternativa -que no logró interpretar el COB- preparada por Casadevall y sobre cualquier otra cuestión posible el control grupal del juego por parte burgalesa en la segunda parte. A su conveniencia más acciones de 5x5 y menor anotación.
En la contrariedad ourensana, la finura de Rivero o la indocilidad de Suka-Umu, quien parece vivir en el aislamiento, suficiente conocer lo más básico, compañeros, campo de ataque... y a jugar. Vamos lo que es el jugador galés Bale para el Real Madrid. Reprobable en sus errores como ensalzado en sus aciertos. Eso sí, siempre suma y por tanto necesario. De tal modo se escenificó el COB: resistente pero discontinuo.
Por lo que pueda trascender lamentar una última posesión ourensana para ganar el average. Pizarra en mano y responsabilidad de un triple para un Edu Martinez un tanto frío tras muchos minutos en el banco. Por matemáticas y cálculo de posibilidades una canasta de dos puntos era suficiente.
