Opinión

ESPECTÁCULO LAMENTABLE

Que transcurridos ocho días desde la tragedia acaecida en el 'Madrid Arena' donde perdieron la vida cuatro chicas -una de ellas menor de edad- como consecuencia de la avalancha humana que se produjo en uno de los pasillos del recinto, el Ayuntamiento de Madrid y la empresa organizadora del evento sigan enzarzados en una disputa sobre las responsabilidades mutuas de lo sucedido, es ciertamente un espectáculo muy lamentable.


Aparte de las responsabilidades de tipo penal y/o civil que en su día -sería deseable que el proceso fuese rápido- determinen los tribunales de justicia, en este caso hay otro tipo de responsabilidades que tienen que ver más con la entidad propietaria del recinto que no es otra que el Ayuntamiento de Madrid y con las condiciones en las que se alquiló y se cedió el recinto a la empresa organizadora del espectáculo.


De entrada, el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, tendría que explicar por qué dijo, cuando habían transcurrido muy pocas horas de los trágicos sucesos, que las condiciones de seguridad eran perfectas y que el aforo no se había sobrepasado, cuando posteriormente los hechos y datos que se han ido conociendo han desmentido de forma rotunda y categórica ambos extremos. ¿Por qué se precipitó e esa manera el número dos del Ayuntamiento? O también deberían explicar los responsables del Consistorio madrileño por qué a la empresa Diviertt que organizó el evento y que tenía, ¡nada más y nada menos! que 51 incidencias judiciales y administrativas, tres embargos, un riesgo de impago del 100 por ciento y una deuda con la Seguridad Social cercana a los 27.000 euros, desde el Ayuntamiento se la catalogó como una de las 'favoritas' para prestar esos servicios.


La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, tiene la obligación moral, ética y política de llegar hasta el final en todo este asunto, cueste lo que cueste y pese a quien pese. Han pasado ya nueve días desde la tragedia y hay datos más que suficientes para que, reitero, aparte de las responsabilidades que delimiten los tribunales, en el plano político, la primera autoridad municipal hubiera tomado ya medidas en forma de cese de algunos de los responsables municipales que, siendo benévolos en el juicio, han actuado con unos criterios muy discutibles y que desde luego no se aplican a los ciudadanos de a pie, con la empresa organizadora del concierto. Con los cadáveres de cuatro chicas encima de la mesa y con una quinta muy mal herida, lo mínimo que se debe de exigir a los dirigentes políticos del Ayuntamiento de Madrid es que asuman las responsabilidades a que hubiera lugar y que dejen de dar el espectáculo de pasar la pelota de esa responsabilidad, que también la tiene y mucha, a la empresa organizadora del evento.

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