Opinión

La mejor España

El devastador incendio de Valencia nos ha encogido el corazón. En apenas unos minutos docenas de vidas han visto como su suerte ha cambiado de radical y algunos han perdido lo único que de verdad tenemos, como es la propia vida.

España es un país que se ha visto sometido a lo largo de su historia más reciente a acontecimientos especialmente trágicos que, si bien han puesto de manifiesto nuestras debilidades también han demostrado, nos han hecho ver la España real, que es la mejor España. Esa mejor España está protagonizada por nuestros servidores públicos que no dudan, cada uno de ellos en las tareas encomendadas, en poner en riesgo sus vidas realizando un alarde de profesionalidad y generosidad extrema que logran salvar vidas y enseres en circunstancias, muchas veces, realmente límites.

Esa mejor España está también representada en sus ciudadanos de toda clase y condición. Esa mejor España la vemos en las familias, que donan los órganos de su ser querido fallecido para dar vida a quien está a punto de perderla, la vemos en los taxistas que se ponen al servicio de los ciudadanos sin bajar la bandera, en los particulares que utilizan sus vehículos para atender a los afectados y lo vemos en miles de ciudadanos que se aprestan a dar lo que tienen en su manos para paliar el sufrimiento y las necesidades ajenas.

Hoy, sobrecogidos por el incendio de Valencia, el mejor escenario de esa mejor España la estamos viendo en la ciudad del Turia. Los centros de recogida de alimentos y ropa se han visto desbordados. Muchos particulares han ofrecido sus casas para acoger a quienes lo han perdido todo y vemos lágrimas de dolor por los vecinos que han sufrido de manera muy especial los estragos de este fuego asesino.

La mejor España es aún mejor si entre administraciones prima la solidaridad y la colaboración, si nadie culpabiliza a nadie sin motivo contrastado y si estas administraciones se aprestan a auxiliar de manera eficaz y rápida a los ciudadanos damnificados por la desgracia.

De momento, tanto la alcaldía de Valencia como la Generalitat no están perdiendo el tiempo y es de alabar la política informativa que si bien se mueve en la prudencia, no se está escatimando. Todo indica que en esta ocasión la colaboracion entre administraciones está funcionando y hay que esperar que no se tuerza por absurdas rencillas políticas.

Para la Administración autonómica es un reto una gestión eficaz de la situación, de ahí que haya que pedir celeridad en la toma de decisiones que redunden en el bienestar de los afectados y que se aporten los fondos necesarios, con la mínima burocracia posible, para que quienes hoy lo han perdido todo se sientan protegidos y amparados por los poderes públicos.

El dolor por el incendio de Valencia es compartido por toda España, pero toda España debe sentirse orgullosa de esa mejor España que en los momentos duros sabe sacar lo mejor de sí misma pensando en los demás.

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