Opinión

Varias comunidades del norte se posicionan contra el lobo

Un lobo, sorprendido por el fotógrafo.
photo_camera Un lobo, sorprendido por el fotógrafo.

La de Galicia, la castellano leonesa, la cántabra y la astur a la que ahora se suma la riojana están a favor de la reducción del lobo, de sus cacerías controladas para menguar su población en contra de la normativa europea que ha recogido y ampliado la nacional. El control de la poblaciones lupinas y el que se autorice su caza no cuadran por mucho que haya bramado el presidente de los sindicatos ganaderos de la en parte quemada sierra de la Culebra, la de mayor población lupina de Europa.

La ganadería de vacuno se ha extendido en una progresión geométrica en nuestros montes donde si vagas te hallarás con grandes y centenarias manadas donde antes raro avistar una sola vaca, por lo que podías libar de cualquier manantial sin problemas como una vez, tiempo ha, que descendidos tres, entre los que Julio, Chema y yo, con cuidados pasos entre los bloques cuadrangulares de la última glaciación que dan al Teixedal, de tanta sed que sin reparos bebimos a caño abierto en el mismo y estrecho valle del regato do Penedo que se nutre de las aguas de un lagunallo y su cuenca de recepción bajo la misma Pena Surbia y Trevinca Norte. Entonces se podía saciar la sed sin peligro, ahora indudablemente no. El problema lo tendrán las mismas fuentes de captación de aguas, donde quedan pocas límpidas. Tendremos que replantearnos esto mismo.

El agricultor creo que nunca valoró el impacto del jabalí sobre sus campos y el ganadero sobre sus lameiros hozados por el suido salvaje, olvidando que la destrucción de su maizales, trigales, huertas, era y es más impactante y dañosa. El lobo, el único predador del cerdo salvaje, controlaba a las poblaciones ya cazándolas ya inhibiendo a las hembra de parir o de alimentar a grandes camadas debido al estrés. Más de medio millón de jabalíes en Galicia arrasan praderías, sembrados, hasta viñedos y no digamos caminos herbosos. Así que no hay que ver al canis lupus signatus como arrasador de manadas de ovinos o equinos cuando el vacuno adulto un poco lejos de su predación, aunque si los caballos bravíos, sus potrillos principalmente, que son cazados por el lobo que siempre prefiere presas donde hay que organizarse para la caza, caso del corzo que por el Macizo Central abundante y sustento principal de unas cuantas manadas que por allá moran, en las que prima la caza de herbívoros salvajes a la de los domésticos. Para corroborar esto, de que las manadas prefieren el corzo o similares, tenemos el último espectáculo que dio un lobo en una pista del alto de San Mamede, visionado y grabado por un par de amigos de recorrido nocturno por la sierra donde un corzo todavía coleando era arrastrado por un potente macho líder tal vez de una manada que permanecía oculta, hasta que logró arrastrarlo a pesar de que pesaba más que él y de que era instado por los faros del vehículo de estos amigos, pero volvía una y otra vez hasta lograr evadirse introduciendo a su presa en el espeso matorral de carqueixas, brezos, retamas, carpazos, algún cancereixo o serval de cazadores y pinos de repoblación

Ahora la misma Comunidad Europea se ha interesado por el tema, sobre el que tiene legislado el Convenio de Berna de 1979 para protección de la fauna salvaje, en un anexo dedicado al lobo, en orden a relajar un poco las medidas de protección para autorizar batidas, dicen que para controlar a la población lupina que algunos gobiernos regionales se quieren saltar a la torera, acaso condicionadas las medidas relajatorias de la ley, porque la misma presidenta de la Comisión Europea sufrió las consecuencias en su Baviera natal de que un lobo le arrebatara a uno de sus ponis. Coincidencia o no, se ha aprovechado para atender a las demandas de los que quieren relajar las medidas, autorizando batidas, que dicen selectivas. Precisamente el Convenio que firmaron 32 países con el nuestro, y que la primera comunidad que trató de desoirlo fue la cántabra cuando la presidía un Revilla que invitaba a relajar el nivel de protección. Puede que Europa no desautorice un Convenio como el de Berna, signado por esa más de una treintena de países, aún en el caso de que pudiere hacerlo.

Ahora están expectantes cual lobos, a los que demonizan, esos consejeros de medio ambiente de las comunidades del norte que desoyen las leyes proteccionistas de las especies en peligro y prestan oídos excesivos a las comunidades ganaderas que en extensivo amenazan con colonizar todos los montes, un impacto que ya se deja sentir en los más emblemáticos de la galaica geografía, sin un solo monte que no esté ocupado de manadas numerosas, en una ganadería intensiva y extensiva a la que no se pone freno. Uno ve de continuo esa transformación de los pastos montunos y donde antes media docena de astados ahora centenares. Al final se quedarán sin pastos si el efecto multiplicador continúa imparable... y las aguas bajarán contaminadas por las deyecciones del vacuno, aparte del impacto que sus gases causan en la contaminación atmosférica.

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