Dos históricos de ETA, Urrusolo Sistiaga y Carmen Guisasola, expulsados de la banda, están colaborando con Interior para aislar a los más duros de la organización terrorista. La noticia -una exclusiva de El Mundo- viene a confirmar el plan del Gobierno de intentar romper el colectivo de presos, promover la disidencia interna y cercenar la dependencia de los presos respecto al entramado etarra.
El Ministerio del Interior está utilizando las prisiones de Zuera y Villabona, en Asturias, como laboratorio de esta vuelta de tuerca en su política penitenciaria. Los reclusos susceptibles de rechazar la violencia son trasladados a estas prisiones próximas al País Vasco donde se evalúa su disposición a rechazar la lucha armada. El debate abierto en el mundo abertzale tras el proceso de paz, el progresivo debilitamiento de la banda como consecuencia de los últimos golpes policiales, la expulsión del brazo político de ETA de las instituciones mediante la ley de partidos y el restablecimiento de la unidad política permiten pensar que esta va a ser una legislatura crucial en la lucha antiterrorista, pero el Ejecutivo no debe lanzar las campanas al vuelo en un tema tan complejo.
Los terroristas han colocado una bomba en el domicilio del empresario Juan Manuel Arana, presidente de Astilleros de Murueta, que, aunque afortunadamente sólo ha ocasionado daños materiales, esconde un nuevo caso de extorsión para cobrar el mal llamado impuesto revolucionario. Este nuevo atentado nos recuerda que los cobardes de la capucha siguen a los suyo, haciendo lo único que saben y también que el único destino de esta gentuza es la cárcel. Y, mientras tanto, el lehendakari saliente, Ibarretxe, ha querido hacer un último servicio a los del tiro en la nuca dejando atada y bien atada la vergonzosa subvención que les da a los familiares de los presos de ETA y señalando claramente dónde están sus amigos.
Afortunadamente, la reacción de su sucesor Patxi López no se ha hecho a esperar y ha sido clara y rotunda. Ha dicho que nada más pisar Ajuria Enea suprimirá definitivamente estas subvenciones de la vergüenza que llenan de dolor, infamia y oprobio a las víctimas. Así Sea.
