Opinión

Otro presidente provisional

Por circunstancias bien distintas los dos presidentes autonómicos de las regiones que más aportan al Producto Interior Bruto, Cataluña y Madrid, muestran un carácter provisional. El de Cataluña, Quim Torra, porque él mismo ha aceptado un papel vicario del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y con la vista puesta en nuevas elecciones en medio año, mientras que el nuevo presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Ángel Garrido, ha sido investido para acabar la legislatura, tras la dimisión de Cristina Cifuentes por el "caso máster", con escasos visos de ser el candidato en las próximas elecciones autonómicas y vigilado por una gestora del PP de Madrid de la que forma parte uno de sus posibles sustitutos, Pablo Casado.

Ambos presidentes provisionales, sin embargo, pueden dar alguna sorpresa. Más complicado en el caso de Torra, que trate de marcar distancias y convertirse en un presidente genuino, mientras que Garrido no ha renunciado a dar la batalla, a utilizar estos meses que le quedan por delante para intentar ponérselo difícil a su partido, que no pueda arrumbarle sin reconocerle el trabajo realizado después de haber sido el ariete de Cifuentes    

Ángel Garrido ha sido investido con los votos de Ciudadanos, que en conjunto suman un voto más que los dos partidos de izquierda, PSOE y Podemos, con un mensaje continuista respecto a la labor realizada por su predecesora, de quien actuó como "mano derecha" a lo largo de los tres últimos años, lo que le ha valido para hacer suyos los logros de la gestión realizada e incluso avanzar algunas iniciativas propias para marcar terreno.  

Una continuidad que le han valido al portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, las críticas del resto de la oposición por no favorecer la regeneración democrática a la que se habían comprometido aunque se justifique en que así no se varía la voluntad de los madrileños expresada en las urnas.  El compromiso de Ciudadanos a permanecer vigilante no oculta su satisfacción por haberse cobrado una pieza de caza mayor, el tercer presidente autonómico del PP, tras el de La Rioja y de Murcia, por sus relaciones con presuntos casos de corrupción, y para no perjudicar los intereses electorales de su partido en Madrid –la joya de la corona que le queda al PP-, porque el crecimiento  de sus expectativas electorales es directamente proporcional con el retroceso del apoyo del PP.  

El portavoz socialista, Ángel Gabilondo, que se ha quedado a la puerta de la moción de censura, era inviable sin el apoyo o la abstención de Ciudadanos por lo que ha hecho "corresponsables" a los diputados "naranjas" de la falta de renovación en la política madrileña. También la portavoz de Podemos Lorena, Ruiz-Huerta, ha dedicado tanto tiempo a las críticas al PP como a Ciudadanos.  

El nuevo presidente de los madrileños lo va a tener más fácil sin embargo que el de Cataluña para desarrollar su función. La economía madrileña tiene una velocidad de crucero que se puede mantener en el tiempo, a pesar de que el problema de la desigualdad sigue siendo su principal hándicap, mientras que la provisionalidad del presidente catalán puede llevar a esta comunidad autónoma a perder el primer puesto de la más pujante de España en favor de Madrid.

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