Opinión

Dar las gracias a La Región y a los asistentes al Foro

Ourense 21/3/24
Foro La región con Fernando Ramos

Fotos Martiño Pinal
photo_camera Ourense 21/3/24 Foro La región con Fernando Ramos Fotos Martiño Pinal

Toca dar las gracias a La Región por invitarme y a los que asistieron al Foro del 21 de marzo en el Centro Marcos Valcárcel, por venir a escuchar en directo mis historias de sucedidos y personajes ourensanos. El tema es tan denso que tuve que resumir y quedaron cosas que contar, pero volveré. He de agradecer las atenciones que La Región tuvo conmigo. Desde la tribuna, compartida con el periodista Pepe Platero, que fue mi presentador, sentí el afecto de tantos ourensanos a medida que iban surgiendo episodios y protagonistas. Era reconfortante ver sus rostros, Gracias a La Región, quienes no estaban presentes pudieron seguir mi charla con la misma eficacia que si hubieran estado allí. Recibí muchos testimonios en ese sentido.

Salí del centro cultural especialmente conmovido y emocionado, pues concluida la charla, se acercaron a saludarme hijos, parientes y amigos de alguno de los personajes de los que hablé para agradecerme que los recordara y evocara su propio papel en la historia de la ciudad que todos queremos y a quienes tanto añoramos quienes los conocimos. Con su presencia demostraron uno de mis argumentos relativos a la categoría y singularidad de aquel Ourense y mi cita de Le Curbusier de que la ciudad es el lugar donde uno se reconoce, a través de los edificios, los comercios, los bares, tabernas y, sobre todo, por la gente cotidiana que te encuentras en la calle todos los días. Aunque la urbe cambie en la medida que esas personas van desapareciendo nunca se borran de nuestro recuerdo, como si esperaras encontrártelos en los lugares que frecuentaban. Ya decían los sabios romanos “Haec olim meminisse iuvabit” (“algún día será agradable acordarse de estas cosas”). Y aquel Ourense tiene mucho que recordar.

Ourense 21/3/24
Foro La región con Fernando Ramos

Fotos Martiño Pinal
Foro La Región con Fernando Ramos (Foto: Martiño Pinal)

 

 

Con razón se dice que la ciudad es más humana en cuanto que hasta los locos pueden andar por sus calles y la gente los respeta y estima en su peculiaridad. En Ourense hubo uno especialmente famoso, “O Emilio”, a quien Antonio Tovar inmortalizó en un poema y que, según la época se disfrazaba de “Papa, rey o xeneral”. Gracias a “Los Juglares”, Ángeles Ruibal y Sergio Aschero, que lo cantaban, pudimos escuchar la grabación del lejano día en que fuera estrenado en el Ateneo. También mocionó especialmente, sobre todo a las personas mayores, volver a escuchar las voces de personajes como Otero Pedrayo, “Xocas”, Ferro Couselo y otros, o secuencias sonoras de episodios de ese Ourense evocado desde el festival del Miño a una de las más singulares voces de la lírica de aquí mismo.

Es tal la nómina de historias y personajes que hube de dejar algunos para la venidera ocasión. La consideración de Ourense como Atenas de Galicia quedó bien probado desde inicios del siglo XX y perduró con justificado relieve durante décadas. Había variedad de motivos y destacaba la pléyade de intelectuales nacidos o establecidos aquí, aparte de los obvios como Otero Pedrayo, Risco, Florentino Cuevillas o Blanco Amor o “Xocas”; pero además porque eran famosas sus tertulias como la del desaparecida Hotel Roma y luego en el café-bar Miño. Tampoco era despreciable que la ciudad contara con el mayor número de cafés cantantes de Galicia. Y destaca la labor singular de Risco en torno al “Volter” y la serie de artistiñas repuntaron ese aspecto de la cultura ourensana con esencia propia. Aparte de personajes singulares, como Trabazo y de otros tan peculiares en todos los ámbitos desde los más humildes. En este mismo periódico despuntaron articulistas literarios y trabajos no sólo de aquellos intelectuales citados y otros, sino jóvenes periodistas que entonces empezaban en el oficio. Ourense era la ciudad con más masas corales y grupos de teatro, entre los que destacaría la gran labor de Segundo Alvarado Feijóo-Montenegro y el Teatro de Cámara, donde en los años sesenta despuntaban actrices como Chonina Vilanova, Guadalpe Espinar o Rebeca López de Turiso. Radio Ourense emitía programas culturales y tertulias de enorme nivel, en los que colaboraban diversos intelectuales y periodistas locales, y entre ellos destacaban las “Charlas al viento” del inolvidable Luis Madriñán Neira. Sería interminable citar aquí la relación de intelectuales, periodistas, escritores o poetas ourensanos que sobresalientes a lo largo del siglo XX hasta nuestros días desde Alfredo Cid Rumbao, a Felipe Fernández Armesto (Augusto Assía), o Gwede o Lezcano, o Alonso, o Anselmo López Morais o Antonio Tovar, Celso Emilio Ferreiro, o José Luis López Cid, Méndez Ferrín o Carlos Casares y otros. Pero también de otros muchos actores inolvidables de aquel Ourense cotidiano. Fue un privilegio conocerlos.

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