Opinión

El enemigo desconocido

Cuántos son?, tal vez incontables. ¿Dónde están?, probablemente en todas partes. Odian sin motivo, son violentos porque acumulan tensiones contra todos; no atienden a razones que cuestionen su pensamiento absoluto. Militan en cualquier organización que comparta su totalitaria visión de la vida; no entienden ni aceptan la tolerancia. Rechazan el diálogo y se alegran con las desgracias de sus semejantes. Se consideran con derecho a insultar, degradar o vilipendiar a cualquiera en nombre de sus “ideales”.

Paul Golding, candidato del partido xenófobo de Gran Bretaña, Britain First, a la alcaldía de Londres, es uno de ellos. No fue capaz de reprimir su odio y desprecio al recién elegido alcalde de Londres, el musulmán laborista Sadiq Khan, dándole la espalda cuando éste estaba dando el discurso de aceptación del cargo.

Pero más peligrosos son los que se ocultan en la masa, los que sonríen como hienas cuando ven que dominan al más desfavorecido. Pretenden ser astutos y no pasan de taimados. Se aprovechan de las crisis para ganar adeptos, muchas veces se esconden bajo la apariencia de salva patrias. Los hay de izquierdas, de derechas o de centro. Insultan a los suyos cuando los ven dialogar y no les importa traicionar al amigo, al vecino, al compañero y a su propia familia.

¿Quién no se ha sorprendido ante la reacción intempestiva de algún desconocido?. Al volante son potenciales asesinos. Detrás de un mostrador, displicentes. En el ejército, acosadores. En la política, totalitarios. En el púlpito, sembradores de odio. En la enseñanza, demoledores. En la familia, crueles. Como vecinos, insoportables. Como espectadores, molestos. Como aficionados, fanáticos.

Afirmaba Cicerón que las enemistades silenciosas y ocultas son más terribles que las abiertas y declaradas. Él tuvo muchos enemigos, pero su mayor desilusión vino del abandono de quienes creía eran sus amigos. Su vehemencia en la defensa de sus ideales le costó la vida, siendo ejecutado en la mayor de las soledades.

Me ha sorprendido la virulencia con que Willy Toledo ha atacado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por la composición de la Comisión de Memoria Histórica, presidida por la abogada Paca Sauquillo; por un motivo inexplicable el actor se ha convertido en “enemigo” de una buena persona que ha respondido con “seguramente no ha querido decir eso”, a los insultos obscenos del actor. Por eso acabo con una frase de Quevedo que ilustra perfectamente quién es un potencial enemigo: “El que es enemigo se le ve el corazón en los labios”. No lo olvides

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