Opinión

Falso culpable

En 1956, Alfred Hitchcock rodaba una estupenda película sobre la evidente culpabilidad de un hombre (Henry Fonda) a quien todas las pruebas delataban como responsable de varios delitos. La verdad es que la realidad supera a la ficción; estamos asistiendo a como se lapida ante la opinión pública al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y lo hacen aquellos desleales compañeros que en su historia reciente o pasada han mantenido posturas muy controvertidas y no ven la viga en su ojo mientras magnifican la paja en el ajeno.

Desde las elecciones del 20 D, han torpedeado la posibilidad de un gobierno alternativo al de Rajoy, sus declaraciones públicas han enturbiado la imagen de unidad del partido socialista y han debilitado a su secretario general en las negociaciones con otras organizaciones, además de socavar los resultados electorales posteriores.

Y para guinda del pastel, temerosos de la voluntad de las bases, han llegando al extremo de propiciar un golpe de mano (tiene indicios de golpe de estado) capitaneados por un reconvertido Felipe González que actúa en nombre de los poderes económicos, muy preocupados por la incertidumbre política que afecta fundamentalmente a sus intereses. Felipe se ha trasmutado en un capitalista que no duda en dinamitar a su partido en función de su nuevo rol; personaje de la alta sociedad muy vinculado con los poderes fácticos, qué lejos está del que ha sido el estadista español más importante del siglo XX. 

Me permito recordar la postura del grupo socialista en un momento muy crítico de la reciente historia democrática de nuestro país que evidencia hasta que punto nadie está en condiciones de tirar la primera piedra. El 20 de febrero de 1981 se vota en el Congreso la investidura de Calvo Sotelo como candidato a presidente de Gobiern. Votos a favor. 169 (UCD, CD, UPN), entre los votos en contra están los del partido socialista. El 23 febrero de 1981, cuando estaba prevista la segunda votación, irrumpe en el Congreso el teniente coronel Tejero intentando un golpe de estado. 25 de febrero, segunda votación, a favor 185. Entre ellos no estaban los del grupo socialista, que siguió votando ¡no! (me permito incidir en la gravedad del momento). El entonces secretario general del PSOE (Felipe González) valoró legítimamente que el candidato no merecía la confianza de su grupo a pesar de que no había ninguna sospecha de corrupción. 

 También me parece oportuno recordar lo que sucedió en Andalucía como resultado de las últimas elecciones autonómicas: 11 de junio de 2015, Susana Díaz es elegida presidenta de la Junta de Andalucía en cuarta votación (el PP votó siempre en contra). Mariano Rajoy, entonces y ahora presidente del Partido Popular, no dio instrucciones para que se favoreciese la gobernabilidad.

 Hay que tener presente los acuerdos de gobernabilidad de las comunidades autónomas de Aragón, Asturias, Valencia, Castilla la Mancha y en menor medida Extremadura. ¿Qué grupos políticos apoyan a los gobiernos socialistas? ¿Ha olvidado Abel Caballero los resultados de las elecciones al Parlamento de Galicia del año 1997? Lo que no ha sido óbice para que posteriormente haya sido el mejor alcalde de Vigo. ¿Y a Eduardo Madina, habrá que recordarle su derrota en las primarias a secretario general del PSOE, que democráticamente ganó Pedro Sánchez? No es bueno para el espíritu vivir en un permanente rencor

 ¿Ha dimitido de concejal madrileño Antonio Miguel Carmona después de su bajo respaldo electoral? ¿Cuántos votos y parlamentarios perdió el PSdeG en las elecciones autonómicas del año 2013? ¿Dimitió por ello su candidato y secretario General, Manuel Vázquez? 

 Errores se han cometido muchos, la lista es interminable, ¿cual es el “delito” cometido por Pedro Sánchez para ser condenado, a pesar de ser el primer secretario general elegido por las bases en un proceso de primarias? La respuesta es muy sencilla, negarse a ser instrumento de los intereses de grupos de presión (Prisa, por ejemplo), no reunir el perfil adecuado para convivir con las opiniones interesadas de la aristocracia socialista y negarse a indultar políticamente a Mariano Rajoy.

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