Opinión

Ante el hombre más poderoso

En misión comercial, pingüe en beneficios, al presidente de los Estados Unidos rindió visita a Arabia Saudí. En solo una operación colocó en el país árabe toneladas y toneladas de armamento que se emplearán sabe Dios en que cosas.

Llama la atención la facilidad con que Trump anula todo lo que en anteriores ocasiones sostenía. Sus tremendos dicterios contra el mundo amenazante del fanatismo islámico se quedaron en nada frente al gran negocio que tenía delante. Como haría el mítico Fausto, si es necesario vender el alma al diablo, se vende.

Puso punto final a su gran operación comercial participando en una danza saudí y ejecutando torpemente sus rítmicos compases.

Días pasados lo tuvimos en Europa. En una reunión conjunta con dirigentes de aquí, dio un empujón al jefe de Montenegro (iba a escribir "manotazo"), se colocó en primer plano, se abotonó la chaqueta y demandó a nuestros países más exigencias monetarias.

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