Si quieres saber lo que significa el expresidente Zapatero a día de hoy, solo tienes que teclearlo en Google. Los tiempos cambian. En la primera página de resultados hay doscientos modelos diferentes de cajoneras para zapatos. Ni rastro del amigo de los dictadores bolivarianos. Hasta la segunda página no aparece, y solo gracias a la entrada de la Wikipedia que habrá redactado algún becario de Ferraz. A pesar de todo, los socialistas se empeñan en traerlo a mítines en Galicia, imagino que para seguir haciendo campaña a favor del BNG, que a fin de cuentas es Zapatero quien inauguró este nuevo modelo de PSOE consistente en eliminar la S, la O, y la E, y abrazarse con nacionalistas, independentistas, y terroristas de diferente pelaje.
Pese a los esfuerzos, sigue sin ser el más inteligente de la clase política. En Lugo, el expresidente dio una orden confusa a los suyos, “votad contra la hipocresía y por la decencia”, lo que invalida el voto al PSOE, tan indecente e hipócrita que se entregará a nacionalistas y comunistas, y al BNG, cuya candidata se ha disfrazado de inocente Dora la Exploradora para disimular lo que está escrito en su programa, que se resumen en armar en Galicia el mismo lío que ha arruinado y llenado de corrupción Cataluña, amén de imponer una educación “totalmente en gallego”, que como es sabido es lo más práctico en nuestro mundo global, si lo que quieres es que tus rapaces se mueran de hambre.
Por lo demás, Zapatero está haciendo lo mismo que en las generales: chistecitos flojos en los mítines y vaticinios extraños en la radio. El vaticinio: que el PP perderá sin ninguna duda. El chiste: “la comida de Feijoo da para una serie de Netflix”; no como las amistades hispanoamericanas de Zapatero, que dan para una nueva temporada de Narcos.
Tengo para mi que Sánchez odia a Besteiro. Solo así se explica que además de enviarle al expresidente a Galicia en tres ocasiones, quizá como ejercicio penitencial en este tiempo de Cuaresma, le haya mandado también esta semana al ministro al que toda España está pidiendo la dimisión. Como era de esperar, Marlaska fue recibido en A Pobra de Trives entre abucheos, gritos y cánticos de “dimisión, dimisión”.
¿Qué será lo siguiente? ¿Enviar a María Jesús Montero? Uno ya no sabe si lo del PSOE es una campaña o una venganza contra los gallegos.
