Opinión

Coche eléctrico, patinetes…

En las últimas semanas se ha publicado y comentado en los medios de comunicación que unos 60 coches eléctricos se habían incendiado, y que lo mismo sucedió con los patinetes, incluso algunos explotaron. Ejemplo, el que lo hizo en noviembre pasado en el Metro de Madrid. Parece, por la información transmitida, que la causa son las baterías que contienen litio, que como se sabe no es posible apagar el fuego por los medios tradicionales, hay que dejarlos consumir, con la contaminación tóxica que producen. Las primeras medidas se han tomado: Renfe prohíbe subirlos y son varios los ayuntamientos que los han prohibido en medios de transporte público. No ha sucedido en los momentos de más calor, no se conocen las causas y se están estudiando.

Con el frío, los coches y autobuses eléctricos sufren. En Noruega y Suecia se ha constatado que la autonomía de los autobuses es más corta en climas fríos. Cuanto más fría es la temperatura, más tarda en reaccionar la batería para producir energía. “Se ha comprobado que desde -12° C incluso un vehículo eléctrico estacionado puede perder entre un 30 y un 40% de su autonomía antes de iniciar su ruta”, según explica la profesora de Ingeniería Mecánica Anna Stefanopoulou (Universidad de Michigan), y sigue: “En los meses fríos habrá que ajustar las rutas y avisar a los pasajeros o equipar el autobús con calefactores diésel para compensar la pérdida de autonomía del 30%, si quieren mantener un horario completo y sus rutas habituales”. La empresa americana Recurrent ha comprobado que con temperaturas de entre -1° C y 6° C, según las marcas, pueden perder un 8% y un 32%. No se cuenta la calefacción, lo mismo que en los autobuses eléctricos. Sería conveniente ver la pérdida de autonomía cuando la temperatura es alta, y también cuánto se reduce con el uso del aire acondicionado.

Lo anterior debería hacer pensar en revisar la Agenda 2030-50, ver si se solucionan estos problemas, si realmente se aumenta su autonomía y disminuye su peligro. Los coches, que no están al alcance de cualquiera, tienen entre los 400-550 km de autonomía. No cuentan para estos datos la carga, los acelerones para adelantar o la refrigeración, entre las más destacables, lo que la reduce en muchos casos en más de 100 km. Olvidémonos de los pequeños y baratos, con autonomía entre los 50-100 km.

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